jueves, 31 de mayo de 2018

AINARA LEGARDON. "Ainara Legardon" (2017)


Pedazo de disco que se sacó de la manga Ainara Legardon. Pedazo de 10 canciones que navegan en rock con toques de noise, con sombras que dan paso a un montón de electricidad, gotas de vanguardia para enredar a las palabras que Ainara dispara entre neblinas de feedback, asonante grito en el vacío, ralladura emocional ("Como lobos").

Tras seis discos, este homónimo álbun es un estilete que se te va clavando a cada escucha, un montón de excusas y de valentía para subir el volumen hasta volvernos sordo. "La espera" es pura catarsis, es como una versión no wave de PJ Harvey. Demencial, crudo, espeluznante, todo un puntazo.

"Frío" es concisa, árida, como un enjambre de tensión que busca el desarraigo. Como la angustiosa y minimal "Déjalo", que transpira por todos los poros densidad, dardos de desasosiego. Las nieblas no paran, se desperezan mientras el tambor de guerra de "La isla (hasta quebrar) deja a Ainara con su voz desnuda frente a un pelotón de guitarras distorsionadas en un bello y peligroso caos.

Todo el álbum es una confeti aciago, es una dureza inigualable, donde la potencia duplica las palabras en hechizos incómodos, en virulencia y desgaste ("Aunque pierda). Noise rock de mil penas es "No ha sido ni es" y "Témpano" es otro duro combate de música sin concesiones, alegoría de lo difícil en un territorio musical el nuestro, plagado cada día más de grupos a olvidar.

Quiere sonar algo más relajada "Aquellos", pero no puede. Se intuye la profecía del miedo, la indocilidad de una música, de unos músicos, que hacen todo lo posible para que su mensaje se acerque por momentos a Swans.

Para terminar, 16 minutos. Eso es lo que dura "Agota", otro pedazo de cielo para estremecerte y gozar, para disfrutar de un disco de esos que debería sentar cátedra. Aquí todo es libre y salvaje. Aquí todo sale del corazón sin acondicionamientos ni memeces. Ainara Legardon, con la mirada puesta muy lejos, donde muchos no llegarán aunque quieran.....


martes, 29 de mayo de 2018

DAVID BOWIE. "Nothing has changed" (2014)


Artículo 1000 de Discos Pensados. Joder, se dice pronto. Siete años y medio de música, letras, emociones, descubrimientos, decepciones, amigos que se acercaron por aquí a chatear (en el sentido figurado del chateo en su mejor expresión, un buen vino para sembrar confianzas) gustos, para compartir palabras y más palabras.

1000 artículos. El blog se está haciendo mayor como el que escribe, sin marchas forzadas, solo escuchando lo que acontece, poniendo la música sobre el espacio aéreo de la habitación e intentando conseguir cuanto más sorpresas musicales mejor. Eso es buena señal de que algo se mueve, aunque últimamente las bandas que salvan el viaje son las que escuchabamos en los tan añorados 90. Superchunk, Dinosaur Jr, Yo la Tengo, Thurston Moore y demás compinches del bello ruido, superan con creces los  tímidos intentos de que las nuevas huestes puedan aportar algo más que pose en en el panorama actual.

La verdad es que el tiempo pasa veloz. Los años se deshojan de los calendarios, pero sigo sintiendo la misma curiosidad como cuando en los 80, me compré mi primer vinilo, el "Black Market" de The Clash. Y es que la música siempre ha estado ligada a los avatares que me ha tocado vivir. Testigo fiel del arrojo y la catarsis de los 20 tacos, ahora casi llegando a las 50, compañera que sigue trayendo rumores para acompañar el devenir de los días.

Para esta excepcional ocasión he querido elegir un disco recopilatorio. El mejor quizás del duque, del artista más grande que ha dado la música moderna. Tres discos (antes hubo otra edición en doble cd, pero ésta es más completa), donde poder pararse desde el principio hasta el años 2014, con el regalazo de una composición nueva, la que abre el CD 1, "Su (or in a season of crime)", como una antesala de los que más tarde Bowie nos iba a regalar. Pedazos de vientos, con ese aire jazz, enigmática, y esa voz que tanto invita al sueño.

Que mejor manera que David Bowie para llegar al articulo 1000 de Discos Pensados. Me lo compré hace unos meses y lo tenia guardado para la ocasión. De los 3 Cds, mi preferido, es el 1. Me llega más las últimas etapas de este mago de conejos siderales.  "Where are we now" de "The Next Day"(2013), es todo un pasote, con esa ternura agradable, con ese fogonazo de lirismo estremecedor. Como esa remezcla de James Murphy y Steve Reich, de "Love is lost" del mismo disco.

La guitarra y la melodía de "The stars "are you tonight" me sigue poniendo la piel de gallina y ya pasando a "Reality", "New killer star", es otra de esas canciones que perduran en mis silbidos. Podría estar canción por canción, y quizás me haría falta un mes para acabar este articulo. Por eso doy un salto y paso al Cd 2, abriendo con "Buddha of Suburbia" , la eterna "Absolute Beginners" , "Blue Jean" o "China Girl", clásicos de esos que jamás perecerán.

El día que todos nos vayamos a tomas por saco, deberían de tener preparados drones con unos buenos altavoces para que por lo menos los insectos, puedan seguir funcionando con buena música de fondo. Y es que Bowie no tiene edad, no vence su pose, su rayo en la cara, sus vestimenta, su estrella negra fúnebre que tanto pena nos dió.

"Let's dance" suena, dejo los cascos en el escritorio me doy un bailecito en el salón, me retuerzo un poco con cuidado de no hacerme daño, y me dejo llevar. La ostia, David, la ostia. Luego viene "Heroes" y ya viene el climax total, el subidón, los recuerdos del pasado, cuando los espejos del ayer reflejaban sombras oscuras que siempre guiñaban un ojo burlón.

El tercero empieza con "Fame" y se da la mano con "Rebel Rebel", "All the young dudes", hasta llegar hasta las primeras grabaciones de Bowie en mono en el año 1964, con ""Liza Jane". Monumental, espacial, demiurgo de moda, arte, estilos, artista en vivo, creador absoluto.... La verdad es que el hueco que ha dejado es tan monumental que su desaparición puede servir como símbolo del ocaso de una Edad Mágica de hacedores de estremecimiento que jamás volverá.

Valga mi artículo 1000 como dedicatoria hacia el artista total. Cuando alcance el articulo 2000 del blog espero abollarme a mi mismo de tanta buena creación musical dentro de 7 años. Si no es así, como me temo, ya buscaré en el baúl de los discos inmortales otra excusa para dar al personal la tabarra.


domingo, 27 de mayo de 2018

SUPERCHUNK. "Come pick me up" (1999)


Ahora que no hace mucho pasó por Discos Pensados, el magnífico y juvenil disco de la banda de Mac McCaughan y sus chicos, toca poner el retrovisor en funcionamiento e irnos hasta al 1999, donde encontramos este encontronazo (una vez más) de pasión, desborde guitarrero, melodía y agitación.

Jim O'Rourke fue quien se encargó de un trabajo que se mueve a la maravilla entre la excelencia tierna y ronroneante y los avispones de guitarras, como las dos primeras gemas que abren el disco, "So convinced" y "Hello hawk", hasta con violines jilgueros.

Hasta Bob Weston, de Shellac, se pasa por "Come pick me up" con su trompeta, para meter ruido en esta gran fiesta que siempre son Superchunk.  Maravilloso power pop es "1000 ponds", y "Good dreams", es un disparo en la frente de punk teenager marca Chapell Hill.

Oír Superchunk es padecer el síndrome de Peter Pank. Con ellos parece que aun tengamos 20 años. En "Low branches" suenan juguetones, trastadas de distorsión, luminarias de estrellas relucientes, para estar contentos cuando llama la tristeza.

El séptimo disco en la carrera de Superchunk fue un suma y sigue de altura como corresponde a una carrera sin baches. Te rompen el corazón con "Smarter hearts" y en "Pulled muscle" contiene en sus tres minutos toda la esencia de un grupo que de una forma magnífica siempre ha conseguido una cohabitación perfecta entre ruido y melodía, ("Tiny bombs").

Superchunk, una delicia, un secreto que todos deben disfrutar, un maremoto de sueños, una radiación necesaria para compartir. 


viernes, 25 de mayo de 2018

ALCEST. "Shelter" (2014)


La evolución musical de Alcest les ha venido bien. La banda francesa que empezó en sus primeros discos apostando por una especie de black metal extraño y atmosférico, ha ido puliendo su sonido hasta llegar al shoegazing.

Y es en este "Shelter" donde más acusada es la presencia de esos sonidos que se mueven en un mantra de burbujas.Si ya nos dieron pistas en su anterior disco "Les voyages de l'âme" por donde iban a ir los tiros, con sólo ponerte la cristalina "Opale", te das cuenta del cambio de timón agradable que han tenido los galos.

"La nuit marche avec moi", es una crisálida donde el duo Neige y Winterhalter hacen las delicias del escuchante con su armazón lírico para apabullar la calma. "Voix serenes" es una balada del espacio sideral,  un vaho balsámico donde arrullar voluntades y "L'eveil des muses" con ese final desgarrado, hace subir más aun la percepción de que estamos ante una gran banda.

Shoegazing que mira a Slowvide sin perder de vista las reflexiones personales de una banda que proviene del metal ("Shelter"), shoegazing para aclararte las ideas, para posarte sobre el silencio, para disfrutar entre haces de apabullamientlo ("Away"), o deliberar entre diez minutos de rubor de olas ("Délivrance").

"Shelter", un buen disco, un conjunto de canciones repletas de síntomas para soñar, para escrutar cielos y sombras aleatorias.



miércoles, 23 de mayo de 2018

TONY ALLEN. "The source" (2018)


Jazz. Jazz. Otra vez. El bateria nigeriano, compañero de viaje de Fela Kuti, creador del afrobeat, ha decidido desde su residencia en Paris, regalarnos los oídos con un discazo de jazz. De esos que te abordan y te dejan noqueado.

Basta con darle al play y escuchar la inicial "Moody boy", para comprobar que las pulsiones del veterano músico siguen intactas. Rodeado de una monumental banda  (Damon Albarn a los teclados) es el primer disco que graba Allen para el label Blue Note.

Jazz y Afrobeat, todo en 11 temas que sirven para que los músicos se explayen conciezudamente en un artesanal crisol de ritmos que te enganchan y te llevan ("Bad roads").  Jugando con los sonidos caracteristicos del sello Blue Note, standards jazz, y dando la mano a toda esa propagación rítmica del afrobeat ("Cruising" y "One fire"), el disco es una auténtica pasada.

Los ecos africanos te dejan sin aliento en "Tony's blues" y "Wolf eats wolf" es un autentico tour de force compositivo, el grupo sincronizado, el jazz latiendo en reflexivas colisiones que en la maravillosa "Push and pull", te dejan sin aliento.

En la parte final de este apabullante recorrido, dos gemas para subir el volumen, para flipar con la sección de vientos: "Ewajo" y "Life is beautiful", un crisol explosivo de fusión, embargo y encantamiento. Para no perderse este pedazo de disco, delicioso, atemporal, de un músico portentoso.



lunes, 21 de mayo de 2018

DIVISION OF LAURA LEE. "Black city" (2002)


Qué bien sonaban este grupo sueco comandado por Per Starlberg. Con "Black City" empezaron su andadura que terminó en 2013, con el también interesante "Tree". Su primer disco es una caja de sorpresas de estilos, de fugas radiocativas, de formas de tratar el rock.

Desde el inicio indie, casi british, de "Need to get some", hasta el post hardcore de "We've been planing this for years" o los guiños nada disimulados a Stooges, en "Number one", Division of Laura Lee lo bordaron.

Y creo que no sería justo encuadrarles en ese cajón desastre y aburrido que fue el stoner rock, estilo que tuvo al norte de Europa como epicentro de bandas más bien coñazos. Division of Laura Lee, jugaron en otra liga.

No se les cae los anillos cuando se relajan y crean sensaciones casi psicodélicas como "Trapped in" o "I guess i'm healed", aunque a mi personalmente me gustan cuando sacan la bilis que llevan dentro y te topas con canciones que suenan a Gilrs Against Boys, ("The truth is fucked"), o a a Fugazi, como "Pretty electric".

Se vuelven punks en "Second rule is", y terminan con una acercamiento muy personal a Shellac con "Wild and crazy". Una buena manera pues de empezar un lunes, subiendo volumen, radiando crispación.


jueves, 17 de mayo de 2018

A PLACE TO BURY STRANGERS. "Exploding head" (2009)


Después de la pesadilla que supuso el comentario del desastroso disco de The Men, me quito el más sabor de boca recuperando un pedazo de disco de una banda que ha actualizado el shoegazing en estos tiempos actuales.

"Exploding head", vino después de su cd homónimo, una dedicación abierta y sincera al mundo del feedback de los hermanos Reid de los Jesus and the Mary Chain. Con este segundo álbum la banda subió el listón. "It is nothing" podía nacer de cualquier disco de My Bloody Valentine, con sus distorsión en medio de burbujas, con sus sombras reptantes.

Para el segundo tema, "In your heart", el ruido y la melodía se alían con la oscuridad en una maravillosa sensación provocadora de subir el volumen de tu reproductor. El trío de Brooklyn es una auténtica batidora de sonidos provocadores, de luces que hieren, de noise que se perpetua en dolor y rabia ("Lost feeling" o la tremenda "Dead beat").

La mirada a los ochenta aparece con el himno "Keep sliping away", para en "Ego death", continuar esa contienda donde los decibelios se hacen los dueños y señores de un minutaje repleto de golpes demoledores donde se fabrica hecatombe y bilis ("Ego death").

Siguen sonando a su manera un poco a los Jesus, "Smile when you smile", pero siempre con personalidad propia, con identidad y pose, con garra y fundamentos. Te rallan en "Everyting always goes wrong" y la que titula el cd vuelve a posicionarse a los lomos de esta vez The Cure (ese bajo, ese bajo...) para sentirse de nuevo ganadores.

Recientemente han sacado trabajo, "Pinned", al cual tendremos que prestarle atención y minutos. Por el momento, sigo moviéndome sin parar con este "Exploding head". Juventud, suspiros eléctricos y mucha, mucha electricidad. Buena banda estos A Place to Bury Strangers.


martes, 15 de mayo de 2018

THE MEN. "Drift" (2018)


Hacía tiempo que no me sentía tan estafado por la compra de un disco. Y eso que los anteriores trabajos del cuarteto neoyorkino comandado por Mark Perro, eran de todo menos previsibles (sobre todo "New moon" (2013) y "Open your heart" (2012)).

Pero este "Drift" es una auténtica calamidad. Aquí no encontramos nada su antigua propuesta arriesgad; de noise, de punk salvaje con ondas country. 9 canciones para olvidar echando leches, para no perder el tiempo, para obviar a la vuelta de los días.

En "Maybe i'm crazy" quieren pasar por Wire y les sale un truño monumental; "When i held  you in my arms" parece de esas canciones que se escuchaban en los años 70 en las emisoras yankies, baladita inerte y pueril. En "Secret light" juegan con la new wave y en "Rose on top of the world" tenemos que darle a toda ostia al play para llegar a "So High", una folk song atribulada, con armónica oxidada, otra patata.

Se salva por los pelos la aguerrida "Killed someone", la única con nervio del cd, aunque ya lo hallamos escuchado mil veces. "Sleep", es eso , para dormir en medio de una buena andanada de pesadillas y "Final prayer" es un quiero y no puedo. Para finalizar "Come to me", otra vuelta añeja al pasado en una psicodelia absurda y tediosa.

Hacía tiempo que no aparecía por Discos Pensados un mal disco. La verdad es que no es nada agradable escribir criticas como ésta, pero sí necesarias ante tal cantidad de despropósitos. Al mes que viene, en la compra mensual de música, escrutaré bien mis futuras adquisiciones. Después de este desastre, más vale estás prevenido. "Drift", música para olvidar.


domingo, 13 de mayo de 2018

HEATLH. "Get color" (2009)


Si con el primer disco que sacaron en el años 2007, "Healt", ya nos pusimos sobre la pista de esta banda de ruidistas con propensión a crecer evolucionando entre mantras de electrónica y guitarras saturadas, en este segundo, "Get color", bajaron un poco la mano apretada sobre tu cuello para que podamos respirar algo de aire.

Y les salió redonda la jugada. "In heat" es la primera parada en este viaje de ruido amable, donde "Die slow" juega con la tecnología y las voces a una escondite liviano. En "Nice girls", se ponen serios de verdad, la batería atrona, el ritmo se acerca a un shoegazing espasmódico, condimentando con baba y rabia.

El cuarteto de Los Angeles, decidieron acercarse a su manera al concepto pop, pero desde su prisma maquiavélica y brutal. Así salen cosas como la difícil "Death+"  o la maravillosa "Before tigers", con un feedback que se enrosca en letanías de bruma y suspiros que dan miedo.

En apenas media hora se ventilaron este disco. Y es que la cosa merece la pena. Punk es "Severin" por su actitud y por esa disonancia que se acerca al noise. Como la vertiente gamberra de "Eat flesh" condensando su vitalidad en un buen puñado de minutos que les acerca a una versión abrupta de Moonshake

Electrónica extrema en "We are water" para acabar con "In violet", la mas certera del disco, una buena forma de seducirnos a traición. "Get color", una valiente y sinuosa propagación de art pop que te deja perplejo y sin palabras. Y eso es lo que importa cuando buscamos algo que nos impacte.


jueves, 10 de mayo de 2018

HOT SNAKES. "Jericho sirens" (2018)


Viendo la portada del disco de los ya veteranos Hot Snakes, parece que vamos a toparnos con un lp de surf punk o algo parecido. Pues no, Hot Snakes, haciendo honor a su carrera, siguen tirando por la carretera del post hardcore, donde es fácil violentarse con la fuerza de las guitarras, y con el empaque melódico de sus temas siempre peligrosos (el inicio con "I need a doctor" no puede ser más brutal).

Tras su aparición en algún festival en 2011, llevaban desde el 2004 sin editar disco, ("Audit in progress"), y la verdad es que la espera ha valido la pena. Sub Pop, el sello que vio nacer el grunge, es la casa donde Hot Snakes han elegido para realizar una auténtico festín de electricidad y fuerza, de detonación y rabia, ("Candid cameras").

Swami John Reis y sus chicos no se cortan cuando hay que acercarse al punk ("Why don't it sink in?"), o cuando hacen pequeños himnos para subir el volumen trotando demolición, como en la brillante "Six wave hold-down". Y es que para algo ha servido que entre sus miembros haya músicos que han estado en Drive Like Jehu y Rocket from the Crypt.

La que titula el cd, también tiene una ejecución que parece acercarse al emocore, para en "Death camp fantasy" continuar con brío y potencia pero con un deje melódico que les da más sensación de triunfo. La verdad es que la media hora que dura "Jericho sirens" pasa en un suspiro.

"Having another?" es otra perforación amable en tu cerebro de hardcore embrutecido y sagaz y "Death Doula" es puro stoner con lija y serrucho. "Psychoactive" es punk desgarrado con rosas y el final con "Death of a sportsman", es la mejor manera de golpear con vehemencia y rabia.

Hot Snakes han vuelto. Aquí no hay olas, ni tablar de surf. Aquí hay un sonido abrasador, post hardcore de altura para combatir el tedio en estos tiempos de tanto hastío.


martes, 8 de mayo de 2018

YOUNG FRESH FELLOWS. "Tiempo de lujo" (2012)


Sin duda que Young Fresh Fellows son uno de los grupos más divertidos que he visto en mi vida. Allá en los 90, en la sala Revolver, recuerdo su concierto en un ambiente de fiesta continua, de rock eléctrico, de jolgorio continuado. Si a esto unimos una banda competente donde Scott McCaughey (más tarde en REM) hacia de paladín del cachondeo, éxito asegurado.

"Tiempo de lujo" fue su último trabajo hasta la fecha, y el lp sigue la estela de otras brillantes producciones del combo, como "Totally lost" (1988) o "Electric bird digest" (1991). Empiezan fuertes, casi punk, con "Another ten reasons", para continuar con abruptos de psicodelia, "Tad's pad", o canciones de miniatura, ("A fake hello").

En apenas media hora, 12 canciones. Como siempre, no hace falta más para embarcarnos en este barco que se escabulle entre trincheras de mar sedoso y ágil ("Clefto and Zizmor"), o en poderoso power pop, "So many electric guitars".

En en directo donde su sonido sobresalía y se afilaba. Pero en disco, ya se podía intuir la delicadeza de sus composiciones ("Say goodbye center"), o la puntería fina de sus disparos de rock con maneras de autor, ("Life is a funeral factory").

Un, dos, tres y "Death of an embalmer", ruido y furia; luego armónica y vacile casi hippie, con "Love Luggage", para continuar con el rock de caramelo de "Margaret". Después, los potentes riffs de "I don't know why" dan la voz, a la casi sentimental "Broken monkey".

Años 90. Revolver. La sala abarrotada. Nosotros con el vaso en las mano, mientras los greñudos nos contagiaban con sus risas y su rock sin falsedad ni pose alguna. Creo que unos chavales (si mal no recuerdo) llamados The Posies, ejercían de teloneros. Muchos tenían que aprender de un grupo, los Fellows, en la carretera desde principio de los 80, con todo a su favor para no ser engullidos por el extravío del tiempo. Que recuerdos.....


lunes, 7 de mayo de 2018

JOHNNY DOWD. "A drunkard's masterpiece" (2008)


Desde el año 1997, lleva esta banda norteamericana destripando y deformando estilos como la música tradiconal americana, el blues, el country y lo que les venga en ganas. Dowd y sus chicos compusieron este largo disco, casi de 80 minutos donde tiene cabida toda la deconstrucción a la cual nos tiene acostumbrados la banda.

El disco esta formado por 3 Opus con sus canciones respectivas. Y la verdad es que es todo un goce los estilos que nos encontramos, la variedad e intensidad de la propuesta; El Opus I, con la íntima "Danger, blind painter paints blacks", la sigue la psicodelica y bizarra "Random thougts", para en "Off Broadway", acercarse casi al espíritu de Santana setentero, con esa guitarra que hace remolino y lucha.

Los teclados toman protagonismo en "Unintended consequences", y terminan el Opus I, con "Indefility/Gargon vs. The Unicorn", bizarra como ellos solos. El Opus II, comienza con furia, con la estruendosa "C'est la vie", hard rock afilado y brutal que da paso el blues en "Johnny's got the Mic", para en "Easy Money" contagiarnos con otra medley donde la superbanda se come a la electricidad.

Para acabar el Opus II, el vacile de "Union of idiots" con los riffs prestados del "Smoke on the water" de Deep Purple en clave orate. Demencial. Ya en el Opus III, "Caboose" y sus ritmos latinos nos deja varados, para que en "Adultress", Anna Coogan a la voz nos lleve de la mano hacia el pecado asegurado.

La fogosidad abrasiva vuelve con "Things a woman needs" y "Maybe Brazil", para terminar con "Coda" y su minuto y medio de adios. Todo un lisérgico y apabullante viaje, donde es fácil rendirse ante la facilidad de la banda de concretar estilos en una soberbia concatenación de música libre.

viernes, 4 de mayo de 2018

THE EX. "27 passports" (2018)


Mes de mayo y ya nos encontramos ante uno de los discos del año, una brutalidad de principio a fin, una bestialidad que te hace añicos, que necesita un volumen detonador para captar la evidencia de que esta banda holandesa, después de 8 años sin trabajo, y comandados por Andy Mor, tienen aun mucho que decir.

Y es que las guitarras suenan como serruchos atómicos. "Soon all cities" es la primera andanada, y todo suena demoledor, post punk, post hardcore, y todos los post que quieras poner vale para ellos. Como los ritmos africanos que siempre han acompañado a esta banda inquieta, que hacen su aparición en "The hear conductor".

"This car is my guest" es otro de esos himnos compuesto desde las entrañas, un almacén de residuos donde la batería se envalentona en una diáspora de minimalismo atroz. Siguen las viejas bandas sacando las papeletas ganadoras. Si los últimos trabajos de Yo la tengo o Superchunk,  fueron superlativos, este "27 passports", pone a la banda del país de los tulipanes, al frente de esos lps que es indispensable no perder.

Casi suena no wave la febril "New blanck document" y "Piecemeal" es un torrente de lava demoledora, que avanza poco a poco, arrastrándose lentamente mientras que el ritmo se va a acelerando, con la tensión que sube a la par que los grados de devastación. Colosal.

Como "Birth" y su repique de guitarras, y su guiño no disimulado a la juventud Sónica. Y es que es un no parar, una fuente de mana ácido y devoración, catarsis al cubo de una banda que se nos muestra joven a pesar de los 40 años que llevan en la carretera.

En "Footfall", parece que nos encontramos ante un batallón de moscardores mosqueados, todos a la vez, al unísono, trenzando alaridos de ruidos encantador. Joder, que disfrute más total. Casi acabando esta epopeya de viaje, otra vuelta por el continente africano, en "The sittings chins" rozando el noise,y el fin con "Four billion tulip bulbs" pone el punto final a este monumental disfrute que escuece y quema.


miércoles, 2 de mayo de 2018

YANN TIERSEN. "Dust lane" (2011)


Posiblemente "Dust lane" sea el disco más post rock que el músico francés conocido por todos por su larga carrera como compositor, y sobre todo como hacedor de esa maravilla que fue la BSO de "Amelie".

Y es que nada más dejar el dedo prendido en el play, suena "Amy", con esas flautas ensoñadoras, con esa voluntad de volar que parece traerme a la memoria los primeros tiempos de Mercury Rev, cuando aun eran buenos. Himno sideral para volar y gozar.

El sexto álbum de su carrera fue una gozada, un lugar indómito donde pararse a soñar y sonreír, delicado y frugal como la canción que titula el cd. El disco, que nació tras la muerte de la madre del autor, lleva implícito una dosis alta de amargura y melancolía, de suspiros y decadencia.

"Dark stuff" es un puñetazo donde la distorsión se divierte con los vientos y la voz y "Palestine" es una oda embrujada de lírica que se enreda en la secuencia de la amargura, en los siseos de la introversión.

"Chapter 19" es otro recorrido por la nostalgia, con las cuerdas crujiendo mientras se crea un climax de sugestión y hondura. El piano de "Ashes" deja paso a una punzada en el corazón, a un dolor dilatado por la experiencia del tiempo que quita seres, que deja huecos.

Como "Till the End", que se sirve de la electrónica para pasearse por un cielo repleto de rayos que cruzan amenazas, de luces que sirven para pararse en seco. Para acabar el lp, "Fuck me", con la guitarra acústica cantando tristezas. Un puntazo, un disco a recuperar de un artista que nunca defrauda.