domingo, 31 de diciembre de 2017

CONSTANTINES. "Tournament of hearts" (2005)


El tercer disco de los canadienses Constantines, fue la confirmación de lo que ya intuiamos cuando escuchamos su anterior largo, "Shine a light". Fogonazos eléctricos, con el vozarrón de Bryan Webb, llenando tus oidos, y una paleta musical ampificada, donde la tensión se acuerda de la melodía, donde la fuerza reside en la capacidad de la banda en ejercer de una especie de mixtura de The Replacements con Fugazi.

Los dos primeros temas del disco, "Draw us lines" y "Hotline operator", son sin duda la mejor manera de entrar a fondo en un disco que merece la pena retornarle del pasado, del sitio donde duermen los discos que con tanto ahinco escuchamos en los ayeres.

Siempre me han gustado Constantines, (sobre todo "Shine a light"); supieron hacerse un hueco dentro de todo el orbe indie de la época con sus canciones pausadas y a la vez tentadoras ("Love in fear"). Los temas de Constantines tienen algo, te mantienen alerta, con su rock medicinal ("Soon enough"), con sus cabriolas de fuerza y determinación ("Working full-time").

Otras veces, con la inclusión del saxo, como en "Thieves", sientes las aristas punzantes de sus elucubraciones internas, para más tarde, en "You are a conductor", construir uno de las mejores canciones de su carrera. Intensidad, pasión desaforada, guitarras y luces en la penumbra.

Una pena su desaparición en 2008, con el también estimable "Kensigton hearts". Quedan sus canciones, que ahora, al final del año 2017, vuelven a decorar las paredes de la habitación, mientras los dedos ponen punto y final al artículo y también a los doce meses que se acaban. Os deseo para todos los que estais por aquí siguiendo regularmente Discos Pensados, un buen año entrante, repleto de buena música, mucha salud y una tonelada de deseos que se puedan cumplir en el 2018 que ya se nos viene encima.


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