martes, 31 de mayo de 2016

VARIOS. "STILL IN A DREAM. 1988-1995 A story of Shoegaze" (2016)


Siempre me gustó el shoegazing. Todos esos grupos que iban a su bola urdiendo exquisitas composiciones que vagaban entre la distorsión y la lírica más intensa, con esos pelos al viento, y casi siempre de negro o multicolores. Quizás fuese Jesus and the Mary Chain quien puso la primera piedra al edificio de los que tocaban de espaldas al público, mirándose siempre los zapatos, ufanos en la introversión.

Un buen amigo que vive en la pérfida Albion me trajo hace unas semanas este pedazo de artefacto llamado "Still in a dream", en forma de libro, con 5 cds y un buen montón de temas y bandas (no se repite ni una) para traer a colación un fabuloso género que nos hacía ( nos hace ) soñar.

Una exquisita y cuidada edición, dando una pequeña explicación sobre cada banda y canción, poniéndonos los oídos llenos de feedback avasallador. 5 discos, hay queda eso. Vamos que tenemos una oportunidad formidable para volver sobre algunos grandes conocidos y toparnos con enormes sorpresas.

Alli están esos trasuntos de Cocteau Twins (que también aparecen, y para mi referencia primordial del shoegazing) que se llaman An April March, y esa descarga explosiva que nos regalan The Lilys.  Debemos al sello 4ad, Rought Trade o Mute (aquí hay muchas más labels) que hallan sido el hogar donde producían al por mayor estos caramelos dulcemente venenosos de los que es imposible no caer rendidos a la primera de cambio. 5 cds, ostias. 5 cds.

Ahora suenan otros desconocidos para el que escribe, Majesty Crush, brumosos, cargados de nubes donde poner empeño para coser sueños, o para llover al reves. Como ese pop a borbotones que producían The Hinnies, "Gong", otro pedazo de artefacto radioctivo para soportar las inclemencias de los malos tiempos.

Y como no, por aquí tambien suenan Ultra Viviv Scene, Slowdive,  Kitchens of Distinction o Pale Saints,santo y seña todos ellos de un movimiento que duro poco pero que a día de hoy aun sigue removiendo la escena independiente con grupos que se sienten deudores (A Place to Bury Strangers,Deerhunter, Alcest, etc.). 

¿Alguien se acuerda de Revolver y sus shoegazing colindante con el britpop? Pues si, aquí también tienen su hueco con "Heaven sent an angel". Los cinco discos son grandiosos momentos luminosos donde cerrar los ojos, viajar en el tiempo, meterte en una sideral nave con destinos a finales de los 80 y gozar de una serie de impetuosas bandas que se pusieron por bandera la transgresión emocional, los ardores traviesos y los toques a arrebato. Aquí hay pócimas de psicodelia como Sprindrift, bandas americanas como The Curtain Society que seguían con acierto el hilo de Ariadna, otras que parecian petrificarse en un folk  lisérgico como Smashing Orange, juntos a otros que ocuparon las alturas por su potencia y nuestro conocimiento de ellos: Ride, Lush, Cranes, Swervedriver o Catherine Wheel, por citar alguno de ellos.

También aparecen otros que podrian estar encuadrados en el post rock, como Bardo Pond o Flying Saucer Attack, pero para el caso, su estetica musical cuadraba a la perfección con esa idea de dejadez y de distorsión, de elevarse hacia los cielo o de perderse en galimatias.

Sí y también aparecen The Jesus and the Mary Chain (pero no My Bloody Valentine, misterio....) y unos inconmensurables Adorable cuyo "Against Perfection" rallé no se cuentas veces en una época donde las cassettes dinamitaban nuestros oídos programando horas de esparcimiento y alegría, sordera perpetua, apertura de cielos infinitos.

Asi que ando moviendo el pelo que no tengo como un joven rapaz mientras suena Bowery Electric, Luna o Medicine, ejerciendo de detonante para esta necesaria explosión de los buenos momentos. Oigo mientras acabo el articulo a Elizabeth Frazer y el dia se convierte de repente en noche......






domingo, 29 de mayo de 2016

THE BATS. "Daddy's highway" (1987)


"The Daddy's highway" fue el primer álbum de esta enorme banda venida de Nueva Zelanda. El sello Flying Nun fue el encargado de poner en la órbita musical a una serie de combos como The Bats, The Clean, o The Chills, poniendo sobre el tapete lo que algunos llamarían kiwi pop.

Porque la verdad si The Bats hubieran venido de las Islas Británicas, lo mismo hubieran retado a un duelo a muerte a The Smiths para hacerse con el invisible trono del bueno pop. Escucho "Sir Queen" o "Round and down" y no puedo dejar de sentir nostalgia por esos tiempos donde la melodía rimaba con la capacidad de sorpresa y pegada.

"Take it" suena a The Wedding Present pero sin arreones eléctricos. Debemos a Paul Kean y a Robert Scott, la creación de una banda que es todo un lujo comprobar el empaque y la luminosidad de unas composiciones que salvan con nota el constante paso del tiempo.

Es increible la cantidad de grupos que pudieron salir de la isla. Todos fabricando al por mayor perfección sonora, suavidad y potencia. "North by north" es distorsión envasada al vacío y ""Block of wood" es una explosión musical repleta de referencias.

Mi preferida es "Miss these things" una bacanal de suspiros y de melosidad bien construida, un cielo de flores que esparce sus pétalos por delicados paisajes íntimos. Soberbia es también "Mid city team" y el hitazo "Had to be you", pura adrenalina para el corazón.

The Bats tras una parada a final de los 90, continuo hasta el 2011, cuando sacaron el también estimable "Free all the monsters". Pero fueron en sus discos iniciales donde el disfrute es máximo con este zumo de kiwi con mojones de guitarras nunca frenéticas con sus olas de melodías para no olvidar.



jueves, 26 de mayo de 2016

NEIL YOUNG. "Le noise" (2010)


Sólo le hizo falta al bueno de Neil Young un amplificador y su guitarra distorsionada, para a sus 64 tacos regalarnos para los oídos este disco donde el icono de tantas cosas se nos mostró desnudo, salvaje, desde el inicio con "Walk with me".

El canadiense busco para la producción a Daniel Lanois, y claro, la apuesta era tan firme y segura, que cada una de estas ochos gemas del disco son como un recordatorio para quien escuche este disco dentro de 20 años, que la evolución del rock independiente de los 90, le debe mucho a este pedazo de artista.

"Le noise" es un disco sin artilugios, frontal, que penetra hasta el fondo con distorsiones como en "Sign of love", donde te ves empujado por una corriente frenética de agitación y pavor. Y es que a cada paso de surco que das por el disco te encuentras con clásicos de esos que hemos oido toda la vida en Neil Young, que soportan el envite del tiempo con toneladas de electricidad y con garantías de rubor.

"Someone gonna rescue you" se mueve entre la calima y la fiebre, entre la psicodelia y los apuntes olvidados en una botella para que navegue por los frondosos y salados mares de nuestra memoria. Este militante pacifista, este tahur de expresiones rudas, quiso hacer todo un homenaje a esa forma tan suya de irradiar rock sin adulterar.

Se nos muestra íntimo en "Love and war", para con "Angry world" llevarnos a su huerto particular con este autentico hit lleno de efectos y luces que iluminan calles de ecos ensordecedores. "Le noise" parece como un autotributo a una carrera repleta de tormentas eléctricas. Un bálsamo de madurez y resistencia. "Peaceful valley boulevard" son siete minutos de ensimismamiento acústico y el final con "Rumblin'" es una bocanada de sugerencias de un artista que esperemos siga muchos años dibujando en el cielo estelares trapos de distorsión.



martes, 24 de mayo de 2016

MIKAL CRONIN. "MC III" (2015)


Vaya puntazo de melodías, vaya enjambre de guitarras, vaya manera de empezar un disco con "Turn Around", pop aguerrido, combate eléctrico mientra sube la tensión por cada minuto de escucha. El californiano supera con creces el también genial "MC II" (2013), con esta colección de gemas compuestas para alegrarte la mañana.

Grabado recordando una época de su vida donde estuvo bastante jodido por una operación de hernia discal que le mantuvo postrado, Cronin hace lo posible para que nos acordemos de The Posies, cuando éstos eran buenos ("May my mind up"). Y es que, se nota que es amigo de correrías de Ty Segall.

"Say" es una bomba, un petardazo de power pop,  iluminado por las caricias de lo sensible y lo bestia, con vientos y resoplando tormenta. El disco tiene dos partes  (musicalmente no se nota el cambio) las cinco primeras son puro fragor guitarreros y a partir de la sexta Mikal introduce alguna gota de introversión acustica.

Y si te pones "Feel like", seguro que no podras de festejar el hecho de estar vivo, con los violines esponjas de pavor, con las guitarras como espuma que vitorean veranos imperecedores, alfombras de luz y raices de mandrágora. Acaba el primer round con "I've been loved", acústica, interior, laceración de los sentidos.

Oyendo la segunda parte del disco que empieza con "i)Alone", no me extraña que se hable como referencia del disco de Kate Bush "Hounds of Love". Aquí con tuba, contenido (que también sabe) hasta que el tema en el minuto dos se convierte en una tromba de electricidad dichosa, un encantamiento para no dejarte vivo. Temazo himno. La soledad, la soledad, el dolor, la vida....

En "ii)Gold", vemos la versión más garagera y sucia de Kronin, sin perder de vista sus hachazos melódicos, verdadero fortin para nuestros sentidos, con la tzoura sonando en medio de una despiadada conexión eléctrica. Maravilloso.

"iii) Control", está si, es más tranquila, un paseo de pop bien hecho que da paso a "iv) Ready" otro trallazo de distorsión explosiva, catarsis para porque no, traernos del baul de la memoria a Gigolo Aunts. Soberbio. Acaba "MC III" con "vi) Circle", la mejor manera de cerrar el cd y volver a escuchar "MC II". Recomendable para las alergias primaverales.

domingo, 22 de mayo de 2016

GRANDADDY. "Just like the fambly cat" (2006)


"Just like the fambly cat" es mi primera incursión en el mundo de este banda indie llamada Grandaddy. El quinto disco del grupo de Jason Lytle, el que fue su despedida como grupo,empieza con un chico haciéndose preguntas sobre el gato de la familia en "What happened?", para continuar con un himno indie como "Jeez Louise", enjambre eléctrico con guiños a Flaming Lips.

Toda una referencia en el mundo indiependiente norteamericano, aun no había tenido la oportunidad de pararme en el bar de sus canciones. Me gustan Grandaddy por su inmediatez, por su pop con estructura de hits para retinas auditivas. "Summer... it's gonne" es otro single para radiar en emisoras de esas que transitan entre lo comercial y lo competente.

Mercury Rev, los citados Flaming Lips y Grandaddy podian hasta girar juntos. Los une esa capacidad para envolverte con un pop extraño, con hilos conductores hacia el indie rock y la psicodelia. Escuchas "Rear view mirror" y no puedes más que sonreír y disfrutar de la amanecida. Canción himno (una más) para festejar los disparos alegres de la vida.

El tono general de las letras del disco es del hastío, el que estaban en un punto de no retorno. La banda se iba al garete y nos regalaron este "Just like the fambly cat" como serenata de dulce perdición. 15 canciones para si eres como yo primerizo en sus canciones, querer saber más de ellos.

Suenan melosos en "Skateboarding saves me twice", con arranques de pop aguerrido que da paso a la narcotizante "Where i'm anymore". Se vuelven punks en "50%" para volver por la senda de la tranquilidad en "Guide down denied". Quizás hecho en falta algo más de contundencia, de arreones eléctricos, pero la cosa no estaba para fiestas cuando sacaron este disco epílogo de una corta carrera.

En conclusión, un buen rato con buenas melodías, de un grupo que ya no esta, y que se movió a la perfección en esa tierra de nadie donde habita cierto halo comercial con un buen espíritu independiente. 



miércoles, 18 de mayo de 2016

MUGSTAR. "...Sun, boken....." (2013)


Vaya mazacote. Menuda jauría de sonidos abruptos que destila este cuarteto inglés. Space rock de alto voltaje, psicodelia enemiga de la calma, artificios antipedantes, todo un lujo de detalle de fuerza y detonación.

"Tecnical knowledge as a weapon", la primera del lote, es el primer martillazo, teclados incluidos, de un grupo que no se anda con remilgos. En este su segundo disco, cuando acabas de escucharlo te dejan sin resuello. "..Sun, broken...." es como una bomba que no para de explotar.

Después del susto de la primera, viene "Ouroboros", y como la serpiente que se engulle su propia cola, mito del eterno retorno, asi suena su propuesta, minimal estructura que repite patrones, con las guitarras tronando y que a mitad de tema pudieran sonar como unos Sonic Youth, destripando minutos, haciendo de voraz volcán detonador.

Son las 8 de la mañana y está sonando "Labrador hatchet", un momento para el receso, para el descanso falso, porque viene ese apocalipsis llamado "Today is the wrong shape", donde parece que un torbellino sónico se pudiese tragar todo lo que encuentra a su paso. El cuarterto compone una ordalía de magia negra, un festival dedicado al exceso total.

Para acabar esta catarsis, lo mejor para lo último, trece minutos en "Furklausundbo", toda una experiencia para tus senidos, un programa de lavado de acción rápida para expandir tu cerebro para gozar de este fiesta de artificios insurrectos que es un grupo que huye siempre de la indolencia, que muestra rápido sus cartas, una tonelada de electricidad compost para tu cerebro, inyección de rabia, siderurgia musical.



martes, 17 de mayo de 2016

LNZNDRF. "Lnzndrf" (2016)


El enigma del nombre reside en sus consonantes. Miembros de The National (los hermanos Devendorf)  y Ben Lanz (Beirut) deciden formar un grupo y coger letras de los tres para ponerla sobre un extraño sol marciano y dotar al disco de una buena dosis de kraut, de post punk.

Desde la inicial y matemática "Future you", está claro el espejo donde se miran LNZNDRF. Punzante, nerviosa, de largo recorrido. Este álbum homónimo es una agitada coctelera de influencias de los 80 traidas hoy con empaque y buenas maneras. Solo oyendo la segunda dosis de veneno, "Beneath the black sea", te puedes imaginar si cierras los ojos que tus discos de Joy Division y los primeros New Order se han puesto a sonar solos, a la vez, en esa habitación que tantos ecos de música recuerda.

Suenan dream pop en "Mt.Storm", Cocteau Twins que se despiertan de una larga hibernación,  veleros contra la tormenta, grises señuelos en la amanecida evocadora de olvidados suspiros. Si, esta pequeña superbanda tiene enjundia, gancho, pegada. Como ese sugerente hit de tres minutos llamado "Kild things", trotando entre fuegos fatuos, kraut medicina del corazón.

Les sale bien la jugada con esa reafirmación de influencias oscuras, "Hypno-skate", una afilada concatenación de minutos, jugando con lo experimental, allanando los sentidos con referencias ochenteras en una catarsis siempre comedida.

"Monument", es quizás el único bajón de un buen disco, se hace un poco predicible. Y para el final, "Samarra", la más kraut rock de las 8 del cd. Seis minutos de electricidad minimal, solemne y en espiral, teclados, elevación y rubor. Esperaremos el futuro que depara a esta banda de recortes, que contruye todo un torrente de estrías y pavor.



domingo, 15 de mayo de 2016

KARATE. "Some boots" (2002)


Karate, otro grupo a recuperar. Este quinto disco de la banda de Geoff Farina, fue el que más se evidenció la evolución de un grupo que empezó siguiendo la estela de Fugazi y terminó haciendo un rico coctel de jazz y postrock con la sugerente voz de Farina llevándonos a mundo de relajación ("Original spies").

En "Some boots" el quinteto se luce, y la guitarra de Farina resopla y se tiñe de clasicismo jazz, como en "First release", con canciones largas donde los instrumentos debaten en una contienda de relajación y pequeños abruptos nunca demasiados imprudentes.

"Ice or ground?", es una joya, una delicia de esas para enmarcar, solo valiente de guitarra, aires de club, sofoco y cadencia para una tonada que toma gotas de post rock para meternos sin remedio en un laberinto de notas de sugerencias. "In hundreds" es otra delicia con aroma a noche que no se acaba, inclemencia que nos desborda cuando suena el soul de "Airport".

Otro puntazo, "Baby teeth", arreglos y silencios, desbocado placer que nos lleva a la mejor "Cordury", casi nueve minutos de sosiego, donde componen una letanía placentera, una maravillosa serenata para llamar a Morfeo. Y como punto final a estas filigranas musicales, "Remain relaxed" balada de jazz, campanas de suavidad.

Es una lástima que Karate ya no exista. Su ultima producción fuel el doble "595" (2007), donde pusieron fin a una carrera predominante de buen hacer, de seducción y atractivos acordes como señuelos para degustadores de perfumenes musicales.



jueves, 12 de mayo de 2016

MICE PARADE. "What it means to be left-handed" (2010)


Pedazo de disco, pedazo de grupo. Adam Pierce (The Dylan Group, The Swirlies) lleva desde último de los 90 llevando su propuesta con Mice Parade, hacia los confines de la aventura perpetua. En su discografia nos podemos encontrar ecos de músicas del mundo, de post rock, de shoegazing, de noise pop. ¿Alguien da más?

"What it means to be letf-handed", para el que esto escribe, es su disco más redondo, más disfrutable de comienzo a fin. Y eso que su discografía tiene mucho bueno que elegir (sobre todo "Obrigado saudade" (2004)). "Kupanda", es la que marca el inicio con sus ritmos africanos para con "It between times" iluminarnos con su shoegazing de hadas madrinas.

Si, el enganche es rápido, instantaneo. A la segunda escucha del disco, ya estás poniendo el volumen a todo trapo para gozar de estas sonoridades tan sugerentes. "Do your eyes see sparkles" es otra canción de esas para tararear mientras te duchas cocodrilos. Post rock meloso "Couches & carpets", que se convierte al final es un incendiario tiovivo de electricidad, con las guitarras padeciento tormenta. Menuda bomba.

La voz infantil de Caroline Lufkin, acompaña a crear este clima de cuento perverso, de luciérnagas apagándose mientras la noche cierne tristezas. "Recover" es otra cima de un cd que nunca baja su intensidad galopante, juego de voces mientras se dibujan parámetros sónicos para esconderse o gritar, para confabular erecciones de palabras en días de esos que no se acaban. Feedbak de juguete con entidad propia.

En "Old hat" ofrecen una orfebrería de pop minimal, cadencia resoluta, que se ve acompañada de un torre de electricidad para que no perdamos de vista su agitación. Hasta se parecen a Lemonheads en "Mallo cup", indie rock sin sonrojo en dos minutos de frenesí.

"Tokyo late night" relaja el tono general de dulce agresión, y casi al final la deliciosa "Fortune of folly", con Caroline subida a un columpio de tensión extrema es una catarsis fabricada al por mayor para el goce de nuestros sentidos. No hay que perderse "What it means to be left-handed". Una delicia, un dulce, un caramelo, gozoso, envenenado.....



martes, 10 de mayo de 2016

VIOLENT FEMMES. "We can do anything" (2016)


Recuerdo cuando los conocí. Es uno de esos grupos que llegue a ellos por su nombre o por la portada de sus discos (otros, por citar algunos fueron Cocteau Twins o The Durruti Column). También me acuerdo de la tienda donde me compré su primer disco, con la niña mirando tras los cristales, indagando, perforando oscuridades.

El disco no defraudó la aventura de la compra. Nació un himno, "Blisters in the sun" , que perdura hasta hoy, y un montón de canciones y discos de punk folk, guiatarras acústicas arañadas con rabia, de parte de un banda que tan buenos momentos nos hizo pasar en nuestra lejana juventud.

Ahora, dieciseis años después de su último largo,("Freak magnet") Violent Femmes, nos regala este "We can do anything". Ya no está en la batería Victor de Lorenzo, pero Gordon Cano y Brian Ritchie siguen llevando la batuta con sus hits de taberna atemporal.

Escuchar "We can do anything", es como detener el tiempo, como si nada hubiera pasado. "Memory" es festiva, alegría y vitalidad para correrse una buena juerga mientras las canas se despeñan por tu craneo. Joder, que buenos Violent Femmes.

"I could be anythig" la puedes escuchar después de ponerte a The Pogues, festividad y jolgorio,  y también vaciladas como "Issues". Todo cabe en la media hora de duración de este efectivo disco que los trae frescos, con genialidades como "Holy ghosts". También hay veces, cuando se ponen lentos, que te acicalan con suspiros como "What you really men". Una maravilla para meter en tus listas de sonidos para guardar.

Cuando mejor se mueven Violent Femmes, es en la catarsis de su folk nervioso, "Travelling solves everything", o "Big car", donde el grupo nada como pez en el agua. No han perdido fuelle, y siempre existirá un hueco donde podrán habitar con dicha y templanza.

Qué lejano queda 1982, con su homónimo disco. Los tipos siguen airados, comprimiendo sus inflamables sones depub y agitación. Violent Femmes de nuevo con nosotros, que siga la fiesta.

 

domingo, 8 de mayo de 2016

WHITE MAGIC. "Dat rosa mel apibus" (2006)


Hay veces que trasteando en el almacén sonoro que servidor posee se encuentra con rarezas de esas que hay que sacar del imperio del mundo del polvo. Allí donde reside el olvido y la quietud, a veces la mano que semanalmente busca discos, encuentra joyas como la de este grupo.

White Magic es una banda de New York, que les dió por la psicodelia y el folk, aunando estilos, agrupando referencias y gustos añejos, para componer extraños salmos, que para mi tiene en este "Dat rosa mel apibus", como su obra cumbre.

Me pongo "The light" o "Childhood" y no paro de pensar en los 70, en un mundo de excesos de lsd, de vitaminas para el cerebro. Mira Billotte, la cantante de la banda, tiene culpa de esa radiación sonora que se expande por cada surco de este disco.

A veces es el medioevo lo que se rastrea en temas como "What i see", otras es la India quien se presenta en forma de enigma en "All the world wept", sitar y pianos a la par nerviosos y reptantes. La que titula el disco es todo un ánfora de juegos deliciosos, de prisiones para liberar sueños y sarcófagos.

En "Sun song" encuentro ramalazos de la parte épica de Swans y en "Hold your hand in the dark" construyen un juguete folk dotado de movilidad para tus arterias cerebrales. Después de comer hoy domingo, te pones a White Magic, y parece que la lluvia que no para de gritar, tiene voluntad de triunfo hasta el final de los días.

"Katie cruel" parece un pócima de magia que se expande por los aires para que hipnóticamente caigas en el sopor de la calma más extrema. Si, es bueno esto de restregar los dedos en la bodega de los discos por oír. Aparece este magia blanca para expandir suspiros y olores extremos. Una buena forma de pasar el domingo antes de ponerme a dialogar con la plancha que ya me espera con sus suspiros de vapor.....


jueves, 5 de mayo de 2016

MARK KOZELEK & DESERTSHORE. "Mark Kozelek & Desertshore" (2013)


Cada vez me resulta más repulsiva la persona de Mark Kozelek. Leyendo por la red las críticas de un concierto suyo en solitario, donde se metian y provocaba a todo cristo, añade un poco más esa leyenda que es realidad que este tio es uno de los artistas más impresentables del orbe indie.

Dejando al lado su faceta de borde, como músico siempre me quito el sombrero ante él. Su ultimo disco como Sun Kil Moon y junto a Justin Brodick, es una muestra de ello. Como su larga carrera desde Red House Painters, jalonada de canciones para sufrir-sentir.

En 2013, se junto con la banda indie Desertshore (Phil Carney y Chris Connolly, ex- Sun Kill Moon) para confeccionar diez piezas que van desde la tranquila "Mariette", hasta ese deje a Neil Young que se percibe en temas como "Livingstone bramble".

El disco transcurre sin sobresaltos. Con letanías marca de la casa, "Hey you batard i'm still here", desértica y minimal, y fantasías trotonas que se acaban pronto, "Katowice or Cologne". Es igual donde se meta Kozelek. Cuando le escuchamos nos olvidamos de su aridez personal, de su carácter de viejo. Te pones la alegre "Seal rock hotel" y dejas de lado las memeces del personaje.

"Tavoris cloud", es preciosista, artesania floral, punzadas en el corazón mientras la guitarra se arremanga la intensidad para poblarnos de dicha.Terciopelo, melancolía, tenazas del sentir es "You are not my blood", suculento manjar para poblar tus desdichas interiores.

El disco, uno más, de la carrera de un portentoso artista, de una estupida persona. Sigue ocupando los lugares más alto para perforarnos el sentir. Un profesional de la depresión íntima este Kozelek.


lunes, 2 de mayo de 2016

MICHEL CLOUP DUO. "Ici et là-bas" (2016)


Sé que llevaba un tiempo en Spotify, pero he querido esperar al aterrizaje del disco desde Marsella, para gozar en su intensidad de este pedazo de lp, (uno más), de Michel Cloup. La verdad es que estos dos años de espera tras "Minuit dans tes bras" han merecido la pena.

Se fue el bateria Patrice Cartier, y vino Julien Rufié para acompañar a Michel en sus diatribas continuas, en su guerra de guerrillas por los sentimientos, por la lucha, por el recuerdo, contra el estado patético de las cosas, contra el tobogán de la mentira.

Escucho "Qui je suis", la que da pistoletazo al disco, y no paro de asentir de una manera real, cierta, sobre el empuje y la rabia de uno de los artistas galos en mejor forma. Ya sobra decir que Michel estuvo en Diabologum o Experience. Ya Michel Cloup es una entidad propia, un aire fresco.  El tercer disco de esta carrera como dúo es el mejor de ellos,la mejor forma de dar un puñetazo a los cielos.

"La classe ouvriere s'est enfuie" viene después. Contestación social, constatación de que la clase obrera huye en desbandada. Michel sigue a lo suyo. Guitarras, recital, distorsión, medicina para dentro. La que titula el disco la recuerdo de su último concierto en Madrid. Parecen The Durruti Column Cloup y su colega. Aquí y allá te quedas sin respiración con su sonido, un paso más en la evolución de un esdrújulo artista del cual siempre esperamos más, y siempre más nos obsequia. "Deux mondes parallèles, deux époques similaires.....", si, la verdad es que hoy mientras he tendido la ropa blanca en la terraza, esa ropa que nunca me pondré para salir, sentía sobre mí el murmullo de los aires sumergidos. Brutal...

La voz de Cloup siempre como un faro. Un faro que en "Deux minutes vingt-cinq" alumbra y quema con levedad y ternura. Suena la guitarra como arpegios que te rompen, suenan las cuerdas y el sonido sonámbulo sale a pasear en noches que no se entienden y no se acaban. "Deux minutes vingt-cinq à Rome avec toi"... Qué decir después de escuchar esto. Que no hay descanso, que viene el himno de lucha y fuerza, "Nous qui n'arrivons plus a dire nous", agitación y locura, flows desde la madurez de los sentidos, crudeza y energía, nosotros que vivimos en plena contradicción.

Si sus dos primeros discos eran insuperables, Michel ha trazado en el cielo otro tope con este "Ici et la-bas". Cada vez más esforzado en sonar como un trueno, no hace falta más que un batería a su lado (es este caso apenas se nota la marcha de Patrice con el consistente Julien Rufié) para poblar nuestros oídos de insurección. Luego viene "Animal blesse", otro de los puntos fuertes de este disco sin fisuras, donde la guitarra de Cloup una vez se entretiene en soliloquios y conjuras, entrenándose para preparar la escena para un acto teatral de rabia y decadencia.

"D32W" esta repleto de preguntas, de diálogos, en el puente, entre brumas tranquilas, entre odas de tensión contenida, un tema para prepararse para "Séparer".  Todo se va a la mierda. Todo se separa, todo se disgrega, todo tiende a la disolución mientras la edad viene a poner membrete y firma a la agitación de los tiempos. Solemne, resolutiva, atronadora, bestial. Otro puño en el aire, Otro susto vencido.

Para el final los fuegos artificiales, la deflagración, la pólvora ardiente. ""Nouveau en ville", pétalos de inconformismo, sonidos que se te clavan, el espejo roto en mil pedazos, los sueños que se perforan a si mismo mientras la música sigue sonando, sigue sanando boutades. "Etranger", ruda e implosiva. pone la alfombra para el climax del disco, para un final apoteósico, de esos que se recordarán cuando pasen muchos años. "Une adresse en Italie".

"Une adresse en Italie", catorce minutos de recuerdos, sobre un padre y la memoria, catorce minutos para cantar hablando. Un montón de objetos, un permiso de conducir, la carta de identidad, una dirección en Italia. Los maquis, la liberación, la lucha. Un padre que deja una huella imborrable, Charlas perdidas, palabras en silencio. Siete años, cuarenta grados, un tractor, todo que viene, todo que va. Escucho la canción, su letra, y los dedos parece que no me responden, las letras no salen. Es la emoción que es guerra, son los ojos que también recuerdan.

Mama rie, una foto encontrada, el amor. Una guitarra sumergida y Michel que narra, que habla que se desnuda descalzo, que habla por los poros de la memoria, que se dedica a su manera ha construir uno de los temas más bellos y terribles que se han compuesto en la historia de la música moderna. Es igual que no sepas francés, las palabras vuelan y te traducen sentimiento. Una dirección en Italia. "En Italie, c'est pas comme ici"....

Parece que suenan las trompetas del apocalipsis."On partira, tous las quatre....".  Me quedo sin luz y busco el amparo de un chillido, y encuentro un pedazo de lírica abrazada a algo que es más que música. "Ici et là-bas", es toda una obra de arte, un lienzo premeditado de un autor en pleno rendimiento, en pleno lucha interna. Desde ya uno de los discos del año.