jueves, 31 de diciembre de 2015

AMERICAN MUSIC CLUB. "The golden age" (2008)


En los 90 fue la banda que alumbró mis tristezas. "Everclear", "Mercury", o "San Francisco", fueron discos que me puse hasta en las venas del corazón. Me compré sus vinilos, me los grabé en cintas, y paseaba mi mal de amor por vagones de metros y trenes que arriban a sierras siempre llenas de confetis y fuegos artificiales.

Mark Eitzel fue el culpable de esta buena droga, de una catarsis que me dejaba impávido, pero daba fuerza y soporte a mi tristeza. American Music Club, pedazo de banda, pedazo de grupo y pedazo de compositor el bueno de Mark.

En el año 2008 sacaron este su último trabajo, y desde que empieza a sonar "All my love", parece que el tiempo no ha pasado, que sigue Eitzel esforzándose en hablarnos de melancolía, con la guitarra a ristre de sueños y pesadillas. "The Golden Age" vino tras cuatro años de silencio, y la verdad es que es como si comenzará de nuevo a conocerlos.

"Decibels and the little pills" es una bella dentellada de medio tiempo rock, folk que te aprieta el corazón, fusiles de notas musicales que arrecian cordura mientras los lobos beben leche de madre henchida. Y el disco boga entre andamiajes suaves, pero sin perder nunca de vista un puñado de arreones de electricidad siempre contenida, completanto la jugada magnifica de unos tahures que siempre han estado a su bola ("The stars").

El piano que inicia "All the lost souls welcome you to San Francisco", juega a guiño soul, y "Who are you" es otra de esas preciosas gemas que te tienes que poner para llenarte de flemas de tragedia tu cara que a veces no comprende el devenir de la vida ni los conflictos de los dias. En los 90 formaron parte de ese batallón de elegantes rufianes que nos acompañaban tardes y noches, score de nuestros crecimiento como personas, marineros que nos clavaron el sabor de la sal en nuestra irreverente conducta dúctil.

Mágica es "One step ahead" y "The dance" acústica del querer, la batería siempre a paso ligero de rocío, y Mark llevando los caballos pastar en el bosque nostalgia. También hay tiempo para un poco de tradición americana, acordeón incluido, en "I know thats not really you", que da paso a otra balada de esas para registrar en tu memoria, "On my way".

Sin noticias de Eitzel en la actualidad, este "The golden age" me sirve para acabar el año. Para desearos feliz entrada en el 16 que viene corriendo. Me gusta esta elección para el finado 2015. Como sordina las voces en silencio se clavan en las paredes mientras las campanadas suenan a festejo. Mark sonríe, se quita el sombrero, enciende un cigarrillo, deja la guitarra en el escenario y se va a dormir bajo la sombra de un tilo. Qué recuerdos......


martes, 29 de diciembre de 2015

SOLEA MORENTE. "Tendrá que haber un camino" (2015)


Esté donde esté Enrique Morente, seguro que esta observando a su hija Soleá, mediante un telescopio de esos de amor eterno, que todo lo ven, desde la lejanía mas impactante. Y estoy seguro que Enrique debe de estar sonriendo cuando oiga "Yo escuche los cantos", canción que sin duda es pasar el testigo de una manera única de sentir el flamenco, abierto al rock, venas de Andalucia, rocío inmarchito.

Soleá se ha rodeado de músicos de la talla de Antonio Arias, J, Manu Ferrón, David Fernández, Eric Jiménez, entre otros, para hacer un eslabón perdido entre "Omega" y la juventud volcánica de una artista que va a dar mucho que hablar.

"La ciudad de los gitanos", (sacada de un poema de Federico García Lorca) con sus distorsión controlada y la voz de la Morente soberbia y grácil, salvaje y alucinadora, es una de las partes más álgidas de un soberbio disco que tiene múltiples recovecos donde perderse.

Su hermana Estrella también anda por aquí, y su madre Aurora Carbonell, así como Jose Enrique Morente, todos para arropar con una manta de cariño a Soleá, que todo lo tiene claro, con una azucena en la garganta, con un deje colosal para perderse uno entre sus loas flamencas.

"Arrímate", con laúd incluido y con Jota de Los Planetas iniciando la cordura de la canción,  es otro más de los puntos más impactantes de un disco que deja huella, que es una algarabía de dicha y energía. Flamenco indie rock para alegrarnos las fiestas.

Y "Están bailando", en plan sevillanas, con letra popular y música de su padre es un compendio de todo el arte que lleva Soleá. Suculento rock flamenco con las guitarra de Paco Luque y J.,  y las castañuelas de Estrella para que podamos devorarnos en silencio y clamor.

Los tangos de "Solos tú y yo" son una pasada, tamizadas por un sesgo de canción pop, donde de nuevo la guitarra en la penumbra de J va marcando la sinceridad de un amor extremo, loco y difuso, domesticado por la rabia y la desdicha. Cada vez que la escucho, más me gusta.

La Bien Querida, que no me hace mucha gracia en solitario, aquí la regala "Vampiro", puro empuje indie pop, con traiciones de noches buenas, y horizontes que se encrespan en guitarras que acarician y te embelesan. Psicodélica es "Eso nunca te lo diré", granaina que parece de Los Evangelistas, punzada de dolor en el torax mientras llueve carantoñas y mares en un vaso de deseo.

De nuevo La Bien Querida, aparece con "Nochecita Sanjuanera", puro tobogán de emociones que se enredan y gritan, solsticio de amor, lunática alfombra donde sentirse a gusto mientras los rayos pelean catarsis y confort. Y ese frenesí casi de punk flamenco que se llama "Dama errante" es para dejarse los cuernos en el tablao mientras los altavoces se hinchan de fuego y coma etílico del sentir. Arte, mucho arte.

Si hasta hay un atisbo de canción electrónica con "Tonto". ¿Alguien da más?. Si, para el final lo mejor, "Esta no es manera de decir adiós", de Leonard Cohen. Los pelos erizados, la cumbre de todo un disco que cuando pase el tiempo será recordado con cariño,. "Tendrá que haber un camino", si, y Soleá, ha sacado de las cenizas del recuerdo de su padre una montaña de sentimiento, un rehacer el flamenco con las agitaciones de Granada, de unos músicos que estarán siempre a su lado para romper fronteras, para destejer ortodoxias. Increíble y voraz.

Para terminar "Todavía", pop con violín y cajón, rudeza de alma, ternura del corazón. Soleá Morente, mucho arte, mucho que dar, un enorme presente, un futuro por construir.



domingo, 27 de diciembre de 2015

volcano!. "Paperwork" (2008)


Discos Pensando no descansa. Con la resaca de Navidad todavia fluctuando entre copas de orujo y cafés un poco cargados, me ha llegado a mis manos este segundo disco de la banda de Illinois, volcano!, "Paperwork", todo un entramado de guitarras mathrock, juguetón y fertil, como una versión punk de Muse.

Porque esa es la sensación que me provoca cuando me pongo "Perfomance evaluation shuffle" con ese final de canción cantado en castellano en medio de un síncope de guitarras y baterias, que en "Africa just wants to have fun", se lo posan bomba acicalándose entre riff rítmicos y voces que se vuelven locas en esta ensalada de sonidos locos.

Si el primer disco de volcano! me dejo alucinado, "Beautifil seizure", (2005), este "Paperwork" te deja con la misma sensación de estar ante una banda que se pone el rock por bandera para transgredirlo, para estrujarlo con sus latidos y su rabia. "Tension loop" es una muestra de este sinvivir esbozando catarsis.

"Fairy tale" es punk,. Sin escrúpulos. Tensar la cuerda y explotar laberintos. Denso, arqueologico, mirando migrañas de sentir, padeciendo alambres en los brazos mientras las guitarras suenan a espanto. Joder con los volcano!.

Y "78 oil crisis" sigue con su verborrea arrítmica. Un puente entre la distorsión total, y el climax de la avaricia punk. Caos en el ritmo, post rock que aullenta serenatas, polución de horchata mientras cae la luna febril en la navidad dubitativa.

En "Sweet tooth" tiran por el mathrock. Pero para nada marcial. La voz eskizoide, se abollan los cerebros mientras entran en colisión todos los mundos del rock más demencial. Y cuando vuelven al castellano en "Astronomer´s Ballad", es para alucinar. Lenta, sinuosa, ranchera desbocada, luces que se vuelven locas mientras la banda juega al freak rock con pétalos en la sombra de la alucinación.

Que decir de volcano!. Imaginación al poder. Ruidismo, catarsis que todo lo inunda, palabras al por mayor en una desolada aspiración al frenesí. Y "Palimpsests" es otra carcajada de rock en coma, frente de batalla visceral, cartucheras de voces que crean luminarias en rasgados ojos de muérdago impoluto.

Me dispongo hacerme con los dos discos de la banda que me faltan. Una de esas experiencias gratificantes. Un veneno que te deja roto. Navidad lo llaman a estas tormentas....


jueves, 24 de diciembre de 2015

DANIEL DARC. "Chapelle sixteen" (2013)


Seis meses después de su muerte, salió este doble disco póstumo del enfant terrible de la chanson gala. Daniel Darc. El ex-componente de Taxi Girl, que se forjó una carrera en solitario brillante, en medio de una vida de excesos de todo tipo, falleció de un coctel brutal de pastillas y alcohol, dejándonos huérfanos de canciones provocativas, pústulas en el sentir.

El que en su día se rajó las venas como telonero de Talking Heads, en 1979, cuando Taxi Girl, copaba las listas con su pop de sintetizador, nos dejó para el recuerdo este cd en dos, para que nos regocijemos con el que nos dio discos tan recomendables como "Crèvecoeur", o "La taille de mon ame".

"Chapelle sixteen" es un compendio  ricamente excesivo de toda su obra. El inicio no puede ser más cautivador, con "Les 3 singes", entre violines y barroquismo, preguntándose porque le habían abandonado. Orquesta total, mientras Daniel se mira en el espejo antes de salir a actuar. En la mesa la droga para seguir, bajo las luces blancas del espejo el retrato de fin.

¿Se puede tener mejor inicio para este viaje de 29 canciones? Luego vienen los juegos del ratón y el gato, "Une place au paradis" y su rock glamuroso, o "Sweet sixteen" y su aire setentero que da paso a "Variations 5", lírica, sosegada, con la voz de Darc más profunda y absorvente que nunca.

La verdad es que dejó un buen testamento con este disco. "Les dernière fois" parece sacada de la discografica Stax records. Soul viejuno, provocación a raudales, climax removiendo sueños. Caliente, muy caliente. Luego aparece la contención, el piano, en "Des idiots comme moi" puro reflexión sobre uno mismo, sin rubor, ni silencio. Cada vez que escucho el disco, más me engancho a él. Una buena tunda de emociones para navidad. Casi te hace llorar "Période bleue" y "Ita Beila" es una ración más de serenidad programada para sentir el devenir de la vida de Darc.

El segundo disco empieza tranqui, con "Combien de battements" y "Bottes de skai", y mantiene un nivel de introspección general hasta que llega "Jeu à 13", puro festival de pop que sigue con la destartalada "Bonus lp12 guitare rock". Todo un tour de force intimo, especial, para recordar, este disco, de una figura atormentada, que vivió y murió con excesos y nos regaló una obra a recuperar. Bonito y bella postal de invierno este "Chapelle sixteen".





martes, 22 de diciembre de 2015

TACHENKO. "El comportamiento privado" (2015)


Lo han vuelto ha conseguir. "El comportamiento privado" es otro disco de esos de pop perfecto que solo Tachenko puede realizar. Los zaragozanos han pulido su sonido, se han afiliado al club de la melodía perfecta con Sergio Vinadé y Sebas Puente capitaneando una pandilla de irreverentes de sonidos de
ayer y de hoy.

"Los festivales de la fe", es la primera explosión de ardor informal, despistes y luces que se apagan y encienden para dar la voz a "Más madera", rutilante y mayúscula propagación de ondas donde es imposible guarecerse sin perderse en andanadas de olas que destilan radiación compulsiva.

Si "El amor y las mayorías" era una proeza de composiciones agradables y naif, "El comportamiento privado" es un buen cúmulo de firmas en el viento del ocaso. "Mentes maravillosas" es una pedaleo sin mirar la vista a tras, sombras quejumbrosas, caliz canalla que da la voz a "Declaración universal", cúspide de luces, enjambres de festividad.

"Estilo Internacional" tambien es otra muestra de esa maestria, orfebrería natural para hacer las cosas contando, relicarios de mañanas de sol esplendido, de voces consonante con oficio y ternura. Tachenko no es pop impostado, ni una banda glacial. Lo suyo son enredos de esos que te metes para no salir indemne.

"No tenemos nombre" y "Fuego",son otras granadas que tiran al aire para que el confeti melodioso se esparza por los campos de la levedad intranscendente. Lejos ya las evocaciones a los añorados El Niño Gusano, Tachenko tiene un sitio claro y visible dentro de esas bandas llamadas a repartirse pasteles de buen pop.


sábado, 19 de diciembre de 2015

CUELLO. "Mi brazo que te sobre" (2013)


Qué suerte que tenemos que bandas como Betunizer, Za, y Cuello (entre otras muchas) se hallan conjurado para vomitar rabia a discreción, andanadas de electricidad, comisarias de punk desbocado entre salpicadura de sudor y fragancias de lo viejo-nuevo.

"Mi brazo que te sobre" fue el primer largo de los valencianos, y la verdad que te dan ganas de ponerlo a todo trapo desde que se funde en tus neuronas hits tan increibles como "Estudiándote" o la que inicia este combate, "Trazo fino", puro volcán adrenalítico.

Jose Guerrero (también cantante de Betunizer) es el que se encarga de sacar a los perros salvajes a desbocarse por entramados sónicos que te apabullan y aturden ("Te veo sin valorarte"). En "Mi brazo que te sobre" hay mucha diversión, pero también mucha mala leche. "Tu bilis confiesa" contiene ácido sulfúrico, guitarras que braman, pero también una de esas melodías que suenan y suenan en el altavoz de tus orejas, salud para el espiritu, cetro de luz que arde y mata.

"Mosquetero débil cisne", es mi favorita. Puro ritmo sincopado, apocalipsis punk de hortensias electrocutadas por una mala racha de viento. Joder, cuanto bien, esta ponzoña que mana veneno de guitarras y guisantes envenenados.

Y luego dicen que no tenemos catarsis en el territorio ibérico. "En intriga te gano" me recuerdan a los Bichos en versión de cicuta. Me gusta la luz oscura de sus entrañas, escucho a Cuchillo me arden las manos de cuchillos eléctricos. Jalear, jalear y vomitar revolución.

Y "La terraza del amor" es un hit de esos que te pondrás este invierno para cambiar los villancicos por un poco de mala leche. Si, "Trae tu cara" su último disco, es la hostia, pero he querido ir a principio donde empezó la guillotina a hervir escalofríos.

La que termina el disco "La verdad" es la mejor manera que tiene Cuello para acabar este primer boomerang de entrañas ardientes, de raíces profundas de rock incómodo y rebelde. Tenemos aun esperanza en el devenir del rock independiente. Mientras sigan ardiendo las venas del Cuello, todo va bien...


jueves, 17 de diciembre de 2015

ENVY. "Atheist's cornea" (2015)


Ni Pelican, ni Mogwai, ni sus paisanos nipones  Mono, ni Explosions in the Sky, me producen un escozor tan mayúsculo como Envy. Nadie de los grupos comentados ha sabido conjugar con tanta esfuerzo y enjundia el post metal  o el post rock con el lirismo más atroz.

En este ultimo disco, Envy lo ha vuelto hacer. "Atheis't cornea" es desde el incio excesivo de "Blue Moonlight" un disco a seguir, a poner entre lo mejor del año que ya toca a difunto. No puedo mas que doblarme en éxtasis recogido, cuando suena la bomba de "Ignorant rain at the end of the world" con la voz como siempre de black metal, en un entramado de guitarras que te dejan sin palabras, desbordandote, desde el sol naciente para que la noche eterna te penetre con su capa inmarchita, nupcial.

"Shining finger" me rompe el corazón. Le he puesto en un plato, he sacado los cubiertos, ha sonado la musica de camara y dice que no, que prefiere a Envy, con sus ladridos de amor, con su imprudencia sónica. "Ticking time and string" es otra de esas vesanías melodicas que me deja loco. Ahora, mientras escribo, con los cascos en mis orejas, y la voz del averno de Tetsuya Fukagawa entrando hasta mis corazon, no puedo más que sentirme rendido, ante este volcán de rock inflamado. Los violines del fin de la canción me han dejado sin fuerza, pero voy a intentar seguir. Esto es muy grande.

Todo "Atheis't cornea" es tormenta. Aqui no dejan vivo a nadie. "Footsteps in the distance" es un maremoto inclemente, una luz en las entrañas de la dicha del postmetal. Una rosa que tiene sed y bebe amor mientras tu te acuerdas de los primeros besos que distes, que te dieron sin pedir. Joder, ¿porque siempre que escucho a Envy me vuelvo así? ¿Será el poder cautivador de las musas del postmetal? Sus alambres interiores, su puñetazo de tornillos de rocío.

"Two isolated souls" es la más ortodoxa del lote. Brutos tonos, puzzles de perdigones del sentir, caramelos de esos con ponzoña y estrías en la mente innoble. Y para el final, "Your heart and my hand" una ración de truenos, una beso para que no olvides que te quiero, una guitarra grabada a fuego en el corazón, Japon y el loto,y la llucia acida del querer, y el rock que te electrocuta. Increible. Sin palabras.



lunes, 14 de diciembre de 2015

CHELSEA LIGHT MOVING. "Chelsea Light Moving" (2013)


Si te dan el disco y no sabes nada de lo que vas a escuchar, y suena "heavenmetal" sobre los arrecifes de tus oidos, piensas que los Sonic Youth han vuelto a las andadas. Thurston Mooere se sacó de la chistera este disco, con la compañia de de Keith Wood, Samara Lubelski, y John Moloney, y la verdad es como asistir a un viaje del tiempo a la primera etapa de los jovenes sónicos.

"Sleepping where i fall" podria estar en "Evol", con ese final donde el caos se hace imperio, donde la voz y las guitarra de Thurston es una abrasiva colisión enfermiza. Pura adrenalina para fans que siempre queremos más de la vida y milagros de Sonic Youth  y sus componentes, causantes de que el noise rock se desparramase por la vida de muchos de nosotros en los 90.

Todo este disco homónimo rezuma calentura y ardor, velas de distorsión y caos. "Alighted" es un volcán rudo, áspero, una tormenta eléctrica que descarga violencia contra los cristales de la normalidad. Si, esto es una posesión diabolica. El espiritu de los Sonic Youth, ha tomado posesión de Chelsea Light Moving, y las guitarras ladran.

Todo el disco te seduce desde el principio. Hasta las coartadas melódicas como "Empires of time", estan repletas de guiños que te hacen imposible no disfrutar con esta vesanía comandada por Moore y  seguida a pies puntillas por sus compinches.

Chelsea Light Moving nació para recordarnos la grandeza de Sonic Youth, para reafirmar la importancia de Moore, Gordon y los chicos en esto de la musica independiente. Chelsea Light Moving nacio y murio con este disco, pero su potencia y sus octanaje ("Groovy &Linda"), no repara en contención alguna. Aqui todo son fuegos artificiales de esos que hacen ruido e iluminan los cielos bastante tiempo después de la tormenta.

"Lip" es esquizofrénica, corta, punzante y explosiva, como "Burroughs" te hace pensar en los años más oscuros de Sonic Youth, ("Confusion is sex"). La casi instrumental "Mohawk" da paso a otro de los puntos álgidos del disco, "Frank O'Hara hit", proeza de rayos supersónicos, vendaval de feedback, que es la antesala para el punk orate donde termina en disco con "communist eyes".

Chelsea Light Moving, todo un tratado de rugido, una punzada de clamor. Los jóvenes sónicos, ya algo más viejos, seguimos disfrutando con este escozor.


viernes, 11 de diciembre de 2015

PAPA M. "Hole of burning alms" (2004)


David Pajo tuvo el enorme olfato de formar parte de uno de los grupos que mas ha hecho por la evolución del rock independiente en los años 90: Slint. A parte de Slint ha estado también con Tortoise, The For Carnation, Royal  Trux o Zwan entre otras de sus muchas colaboraciones. Nadie nuevo es pues el amigo David, que en 2004 construyó este grupo Papa M, para dar rienda a su aire más post rock.

Disco instrumental que desde que suena "Safeless" sabes lo que te vas a encontrar. Tiempos tranquilos para una verbena de abrazos, rurales paseos para que sintamos el frescor de la tarde ("Vol de nuit"), mientras Pajo con su guitarra se convirte en brazo ejecutor de esa lisérgica experiencia que es un remanso de paz para gusto de los abecedarios idílicos de la música para dejarte llevar.

"Hole of burning alms", es una recopilacción de sus singles y de sus grabaciones perdidas por ese maremagnum que es la producción musical de un artista tan inquieto como Pajo. Y la cosa funciona. Nos hacemos una idea de las soflamas del artista, de su nivel exigente de creación. "Wedding song nº. 3" suena a festín, a colapso radiante, a mazazo en la mesa, boomerang especulativo, reflexiones en la barra de un árbol, viendo pasar todo en silencio.

Cuando suena "Mountains have ears" entran en liza las máquinas, tecnología al servicio de la fiebre, montañas de teclados que dan paso a "Vivea", pertrechada en una línea argumental sólida, reforzada por una tentación de peligro, por una catarata donde mediante lo minimal se intuye pueblos vacíos y algún amigo a la espera. También Pajo se entretuvo en confeccionar buenas versiones siempre a su manera. "Last caress" de Danzing, o los 16 minutos de "Turn! Turn! Turn!" de Bob Seeger, pura película de creatividad para aliviar males internos. Pajarillos al vuelo y frenesi compulsivo.

En "Travels in constants",directamente nos topamos con una canción de baile, dance para niños mayores que a partir del minuto cinco se convierte en una esponja de ambient. Cocteau Twins sin voz. "Up north kids no. 2", parece que viene de Louisville. Sonidos añejos, la guitarra que suena a madera enfebrecida, a pueblos rendidos bajo el impulso de los resuellos del abandono total.

"Xmas 1997", la pondré esta navidad aun balbuceante. Piano sin cola, pastillas de goma, felicidad a raudales, risas y niños. En fin, un puzzle variopinto de un singular personaje, espoleado por su califragia musical tan personal y sugerente.


martes, 8 de diciembre de 2015

TOUNDRA. "IV" (2015)


No me extraña que este grupo madrileño se haya forjado una fama y una buena legión de fans. Desde la cuidada edición de sus discos, hasta sus camisetas, y como no, lo más importante, su sonido, es el resultado de un trabajo bien hecho, de una carrera marcada por discos titulados con números romanos, donde el post rock se da la mano con el post metal. Aquí es todo post. Y funciona de principio a fin.

Han sabido continuar la idea de sus anteriores discos, pero ofreciéndonos en este "IV", un mayor signo de tranquilidad, aun sin perder toda la potencia kilométrica de su sonido. "Strelka" es una buena muestra de ello, de toda su rabia que perfora luces y detona hielos.

"Qarqom" es es una pasada, cuando sobre el minuto tres cincuenta empiezan el festival de guitarras que da paso a una necesaria especulación de post rock, concienzuda, matemática, crisálida, serpiente que pierde su piel en busca de esos zorros hambrientos que muerden y devoran. Casi 10 minutos de catarsis indestructible.

Toundra es un caballo desbocado, es una jauría de músicos que hasta en sus desgarros más experimentales como "Lluvia",  se dejan llevar por la nitroglicerina del ruido para que sin darnos cuenta, en "Belenos", tengamos en frente de nuevo a una barricada con cicatrices de memoria funesta, una épica encrucijada de guitarras que repican aires de grandeza compulsiva, cienos envidiables, remangarse los brazos y aplaudir granizos de feedback atronador.

Tranquila empieza "Viesca", guitarra acústica, medieval tiempo entre jara y rocío que reparte botellas de mañana al aventurero que quiera pisar los bosques frenéticos de la dicha buena. Dulce y especial, manto al hombro, la hierba y las nubes chicharras de sueños. Cuando más he vibrado es con la rabia y los tempos lentos y brutos de "Kitsune", donde se lanzan sin paracaídas a la estridencia y a la calma contenida. Suben el volumen, montan en bicicleta de tensión, arreones que son susurros que matan, bocanada y aire fresco. Un tour de force de post metal con paradas en la espeología del sentir.

"Oro rojo" la que pone el fin a "IV" es otro tobogán de cartas marcadas por esa explosión que en cada minuto  te hace seguir la estela de una banda grande, cuyos trabajos son mapas sensoriales para los que amamos las disgresiones guitarreras, las heridas del corazón. Los zorros sigue su paso, buscando una nueva madriguera, nuevas presas para alimentar a sus crías. Llega la noche, se apaga el disco, el buho real empieza a cazar....


domingo, 6 de diciembre de 2015

CAPILLARY ACTION. "Capsized" (2011)


Superdisco, superbanda, superdescubrimiento.  Suena "Methheads & Mormons" y no puedes más que quedarte boquiabierto. Swing, jazz, trompetas al viento, sacudidas nerviosas que te dejaran sin aliento. Capillary Action es una banda originaria de Philadelphia, con Jonathan Pfeffer como miembro fijo desde sus inicios.

¿Qué hacen Capillary Action  que les hace tan recomendables para tu salud musical? Que son una batidora que no para de mezclar ismos, de vanagloriarse por una fusión catártica de avant rock con frenesi y imprudencia jazz. "Expensive habit" es otra golosina envenenada, otro dulce de esos que te dan para que no te quedes tranquilo.

Experimentación y arte, jugar como chavales comprobando hasta donde se puede llevar un instrumento ("The castle is real"), con el saxo tocando a arrebato, compostura y fuego sin freno. Joder que pedazo de disco. "Phanatical" es avant rock con percursión del Caribe. No, no es una broma. Si llevas tiempo buscando algo que te pueda romper tus esquemas, eso son Capillary Action. Lástima que desde la edición de este disco no sepamos nada de ellos.

Por eso tenemos que disfrutar de ese desmán llamado "Sweepstakes", juguetona y traviesa, viento de cola con astillas en unos ritmos dislocados, pulsiones, y cuerdas que en directo tendrian que dejarte sin habla. "Stocks in short supply" es más tranquila, un folk de terciopelo, un programa radiados de ondas calurosas.

La que más me gusta es "Feeding frenzy", como si fueran una big band completamente orate, de ácido hasta las patillas, soberbio batiburillo ritmico que no pierde la cara al empeño de sonar demoledor. "Unnecessary surgery" divaga y sorprende con su aire explosivo, conjuga jazz y rock avanzado en una treta que levanta cielos. Hasta se atreven con el clasicismo más ortodoxo en "Brackish love", donde los violines suenan a cadencia barroca, donde el frente de batalla es el lirimo cautivador.

Necesitamos más grupos como Capillary Action. Rugen las calles, se espantan los males, se oyen los siseos de la rebelión. Emoción a raudales.



miércoles, 2 de diciembre de 2015

MONO. "Gone (A collection of eps 2000-2007)" (2007)


Reconozco que tengo una especial debilidad por esta banda nipona. Como también la tengo con sus paisanos Envy (pronto su nuevo trabajo en Discos Pensados). Ellos, y a su manera, han sabido concretar el desgarro de las guitarras con el dolor del corazón, como solo en sus mejores momentos Mogwai y Explosion in the Sky supieron hacer.

Si Envy es todo un baluarte del digamos post-metal/post-rock, Mono tiene una vena igual de potente pero con una vertiente más lírica, introspectiva que escupe vientes. En todo caso, igual de fuerte, corrosivo para el sentimiento, caballo desbocado que no se frena ni para llorar.

Siempre me han gustado las bandas que sepan dar a las guitarras este regusto por la tristeza, con vendavales de electricidad, con caricias que queman en ojos que ventean cataclismo. El disco comienza con el trallazo de "Finlandia",para abrir bocas, algo asi como una sacudida que te acribilla y te avasalla. Ya estas perdido, no podrás salir del laberinto.

Pocas bandas actuales han sabido sacar rédito al sonido para hacerte llorar de una emoción figurada. 15 minutos les basta en "Yearning" con ese comienzo suave, especulando con las cuerdas de la guitarra, para forjar la leyenda de un mapa sónico único, teniendo a Japón como enclave para lanzar suspiros. Las canciones estan en orden de aparición, del 2000 al 2007, para complacer a los que creemos que la épica bien entendida puede hacer del casi finiquitado genero post-rock, un bastión para prender emociones.

Y es que disfruto cuando suena en los altavoces "Memorie dal futuro", con esa calma chicha que te devora, con ese expresión musical que hace nacer en ti nostalgia y remordimientos. Mono no han parado de producir catarsis interior, de elevar el tao de la electricidad hacia cumbres de suavidad salvaje.

"Gone", la que titula la tormenta del cd, es una nana espectacular que te mece y te revienta, una pizca de amor, un beso en una cómoda de deseo, una orilla de un mar sin agua, solo deseo. Mono,  reinvidica sin querer el trono de los que nos dejan sin habla desde el principio al fin. Me gusta la orquestal "Rainbow", solo con sonidos de cuerda, arrrecifes y buceo entre bambalinas de paz interior, que da paso al fin en "Little boys (1945-Future), donde el silencio se sacia con una brava y enternecedora, fuego y especulación detonadora de truenos. Mono, fatuos organismo vivo, nutrición para el alma, slogan para los soledosos.


lunes, 30 de noviembre de 2015

PUMUKY. "Justicia poetica" (2015)


Redonda les ha salido a Pumuky la apuesta con este "Justicia Poética". Con sólo el inicio cautivador de "Taniyama-Shimura", nombre del malogrado matemático que no espero a la vida para decirla adios, y su enjambre de guitarras que carraspean dolor, es suficiente para decir que este cuarto disco de la banda es el más redondo de su trayectoria.

Me gustan las sombras que proyectan con ese armazón eléctrico, acompañado aquí por cajas de ritmos de corazón y sintetizadores detonantes, que arropan la voz de Jaír Ramirez, tahur que canta de espaldas a la luz, musitando parafernalia íntima, seda y confort (""El señor de las bestias").

Me pasa con "Justicia poética", lo que me sucedió con "Plus Ultra". Cuesta abrirle las venas al disco, navegar por la frontera de los mares indómitos del querer. Pero cuando consigues traspasar la barrera, nos quedamos sin habla al toparnos con lírica tan absovente como "La venganza de Rubik", al asalto de tu corazón, melodía que ventea himno, que te empuja a la luz oscura, que llora entre hielos que deshacen cuando por obligación se rompen para conocer a ese alguien a quien pretendes.

"Escritura automática 9mm", es exhuberancia pop,  letanía que milita en teclados que rozan querencia y candor, luz de pétalos carantoñas, caligrafía siempre al lado de la dicha que no borrará la pertenencia al caos desbordador ("todo lo que escribo es un s.o.s"). También "La teoría de las cuerdas" es otra punzada de caricias, otra vehemente luz que te anega y te llena, tecnológicamente preparada para llevarte muy lejos.

Nada hay impostado en "Justicia poética". Todo tiene ecos para embargarte, luces que se apagan, sombras de un murmullo, tránsito por andanadas de cielos que descuelgan estrellas, cítaras que producen asma de querer, instrumentos resignados a una cadencia que llena vacíos mientras los segundos pasan. "Suprahombre" es una colina de terciopelo, catarsis que se desarrolla levemente, como si nada sucediese y todo pasa. Revancha y conmoción, caos y bienvenida a las palabras justas.

Hasta la solemnidad de "Crash" que pone el punto final al disco, es una estocada que rápido se te clava en el deseo de recordar producciones como ésta. Todo un alarido que no se frena, una imprudente y bella manera de hacer del post rock un pop de ensueño. Las cartas de Pumuky estan marcadas por la voluntad de la banda de seguir siendo únicos en su propuesta. Cosas del dolor y la pasión musical.


viernes, 27 de noviembre de 2015

ONEIDA. "Secret wars" (2004)


Otra banda a recuperar. Oneida. Comenzaron su andadura a finales de los 90, y este disco, "Secret wars", es quizás el más redondo de su carrera, el más envolvente, el que más se ciñe a ese noise rock ruidoso que a veces te recuerda a Sonic Youth ("Treasure plane").

Los de Brooklyn, nunca se han cortado, ni han bajado la guardia, mediante la experimentación y las aristas, en busca de nuevos senderos donde hipnotizar al personal. "Casesar's album", es una muestra de ello. Minimal y circular, las guitarras encierran aires de progrock, de lisérgicos paseos por colores indefinidos.

"Captain bo dignifies the aligations with a response" y ese empiece setentero que es un pedazo de hachazo y que a cada minuto que pasa se va volviendo más lunático, es un torbellino de aires alocados. Otras veces, como en "Wild horses", rozan la melodía, pero con maestria se paran en el acantilado para que volvamos a sentir el peso y los picores de la juventud sónica.

Años llevaba sin detenerme en Oneida, y la verdad es que el paso del tiempo no ha dejado huella en ellos. Su última aparición discográfica data de 2012, "A list of the burning mountains", continuador de este sonido, pero sin llegar al climax que fabrican en tracks como "$50  tea".

De juguete parece "The last act, everytime"  y los catorce minutos de "Changes in the city" ponen la guinda a un pastel lustroso, repleto de venenos expansivos, de ladridos y montañas de sonidos que nos incitan a la rebelión auditiva. Un deslumbrante disco, para los amantes del noise rock, de los margenes y la reflexión extrema.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

BULLIT. "So many ways" (2012)


Bullit es de esos grupos que no te defraudaran si tienes el punto de mira en los 90, en las descargas emocionales ruidosas de Superchunk, en el punk como un método para llegar al pop. Y como no, Bcore, el sello señero en este tipo de musica en nuestro pais, fue el encargado de dar el pistoletazo de salida de este buen disco.

Ya desde "She leads my soul", tus pies no tienen otra cosa que hacer para romper este frio invernal, que moverse y vibrar. Los gerundeses lo tienen bien aprendido. Saben afilar las guitarras con buen quehacer, ("Back to the end"), sin perder nunca de vista ese armazón melódico que hace que compongan hits de dos o tres minutos para beneficio de nuestros deseos de vibrar.

"Fallen" y sus pop venenoso, me hace recordar a bandas como Jimmy Eat World, radiante agitación juvenil, fogonazos de power punk para gusto de los que nos tomamos el rock como una vitamina imprescindible para el funcionamiento cotidiano.

Singles para radiar a todas horas como "Lucky", se dan la mano con fogonazos como "As far as i could go". Aunque mis preferidas son las gemas como "How did you think", donde la melodía te arrastra y te lleva, consigna en un viaje hacia un lugar donde la electricidad se ha convertido en un debate con las sensaciones amables de un torbellino sin fin.

Este tercer trabajo de la banda no tiene desperdicio. Toneladas de feedback habilmente regulado, "See the light", se conjuga con brazadas de ecos a Foo Fighters, como la que da fin al disco, "Hidding in the trees". Recientemente han sacado "Sparks", del que ya hablaremos más adelante. Un buen disco pues este "So many ways", para ponerse la pilas, para seguir creyendo con devoción en todo lo que nos venga de Bcore.


lunes, 23 de noviembre de 2015

JOSE JAMES. "Yesterday i had the blues. The Music of Billie Holiday" (2015)


Pedazo de voz y pedazo de homenaje que se ha sacado de la manga José James, este portento de voz que ya despuntó en Blue Note, y que en 9 canciones nos trae el recuerdo de la gran dama del jazz vocal. Desde que suena "Good morning heartache" no te queda otra que plegarte al silencio, de cerrar los ojos, ponerte un café bien calentito y dejar que las notas de los altavoces dibujen filigranas por la habitación.

Esta claro que queda lejos de Billie Holiday, pero el sonido respestuoso que ha salido de "Yesterday i had the blues", junto con la capacidad vocal de James, hace que estemos ante uno de las mejores formas de volver a escuchar toda la producción musical de Holiday.

Jason Moran al piano, John Patituci al contrabajo y Eric Harland a la bateria cumplen a la perfección como cooperante de un José James monumental. "Body and soul" es cristalina, rumor de hojas que se avasallan, palabras que retoman batallas, climax total. Quizás alguno le puede tachar de excesivamente academicista, de que el dolor que salia de la voz de Billie Holiday es imposible de registrar.

"Fine and Mellow" esta llena de blues, y "What a little moonlight can do" donde la voz de James no aparece hasta el minuto dos, y donde el trio acompañate consigue desarrollar una autentica y especial colección de sensaciones intensas, son dos piezas más de este disco de penumbra y calidez, de leyendas y clamor.

En "Lover man" es donde es más visible el talento de este artista, confiando su destreza musical en su mejor arma, una voz de esas que te aprisiona, soberano disparo de luces que tejen una telaraña que tiene en la canción que da fin al disco, "Strange fruit", gospel, sin instrumentos, s la carga emotiva de una garganta que cierra los ojos y recuerda.

"Yesterday i had the blues" es un enorme cielo de volutas íntimas, una manera soberbia recuperar a la mayor artista que ha dado el jazz vocal. Jose James, cumple, nosotros, lo disfrutamos.


viernes, 20 de noviembre de 2015

BOWERBIRDS. "The clearing" (2012)


Phil Moore y Beth Tacular, hasta la edición de este "The clearing",  habían pasado por una serie de experiencias dolorosas personales que les hicieron pensar si seguir haciendo canciones, o dejarse llevar por los impulsos de la quietud total musical.

Al final decidieron que sí, que debian plasmar todo lo que les pasó, y construyeron este "The clearing", cuyo comienzo no puede ser mejor, "Tuck the darkness in", folk tranquilo que acaba en un barullo de guitarras que no soportan el gravedad de la pena.

Bowerbirds se mueven entre eso que se llamo americana y rock sin demasiado fuego matador. "Walk the furrows" es una joya pop que se despereza, que tiene visiones de altura, de frenar en seco mientras la tormenta comenta presiones personales para no llover.

Cuando van de acústicos como en "Overcome white light" también producen escozor a la primera oída, como cuando contemplan la calma con su folk suave en "This year". "The clearing" se mueve en sacudidas tiernas,en vítores calmados, en vivas intrascendentes. Un disco que no cambiará tu vida, pero que tampoco te quitará tiempo su escucha. Música amable.


lunes, 16 de noviembre de 2015

PUBLIC IMAGE LTD. "What the world needs now..." (2015)


El majara de John Lydon abre el disco con la burrada de "Double trouble", y todo está dicho. El orate rubio sigue siendo un iconoclasta, un puto verso torcido, un punk pasado de vuelta que le gusta mantenerse a flote mediante trallazos y esputos a su manera.

"What the world needs now.," posee las suficientes canciones para que sigas a pie puntilla el decorado organizado por este mequetrefe que vive de los restos, de los recuerdos, pero que sigue siendo un dulce pestilente artista del caos. "Know  now" es borrico y soez, su garganta sigue proliferando amebas, las guitarras siguen siendo cuchillas, y tus oidos siguen requiriendo mala leche.

No entiendo las críticas que le han atizado de ser un mero pastiche, Que quieren, de nuevo el imperio del imperdible? "Bettie Pagie" es como una versión de vaselina de Bowie, y que? Los nuevos triunfitos del post punk pueden hacer lo que quieran y el viejo John parece que hay que exigirle un catecismo de formas y estructuras. Que os den a todos.

Si, la portada es una puta mierda, ese bicho da un asko que es es para vomitar. ¿Y?  "C'est la vie" es un punto minimal, operístico, para que Lydon pueda a su gusto sacudirse la voz como quiera. Puro disfrute, No hace falta más, Subir el volumen y recordar viejos tiempos. "Spice of choice" me gusta por esos arranques guitarreros que no quedan en un detalle, que son una filigrana que te hace vibrar cada segundo. Glam con vestiduras rasgadas. La vuelta al principio.

Public Image Ltd es garantía. Tiene el suficiente cuerpo musical como para que te seduzca de principio a fin. Hasta las vaciladas como "The one" con aires de reggae, se merece que les prestemos atención, Todo bien hurdido, todo bien ejecutado.

También hay tiempo para el baile, para mover las caderas. "Whole life time" y "I'm not satisfied" son dos dulces venenosos que se dan la mano con la brillante "Corporate". Si, Lydon sigue siendo nuestro orate preferido del post punk. Y lo suyo no es una impostura. El es así.


viernes, 13 de noviembre de 2015

BLUE HAWAII. "Untogether" (2013)



La segunda canción del disco, "Try to be", me tiene enganchando. Por su sensualidad, por ese juego de voces, por esa forma de recordarme al sello 4ad. Barroquismo y pizzas de rocío. También me viene a la mente Emilie Simon.

Blue Hawaii vienen de Canada y a su favor esta la realización de un paseo por noches de luces y sombras noctámbulas. Desde el 2010 llevan la pareja formada por Raphaelle Standler-Preston y Alexander Cowan, militando en ese lugar difuso donde la indietrónica se va de baile, ("In two"), o nos encontramos con paseos de bajada de tensión sentimental como "Sweet tooth" un parabien de sintonías para agradecer al mundo su luminosidad radiante.

"Sierra lift" es una festividad de lujo singular, un haiku que te envuelve, como "Yours to keep" y su mirada traviesa a traves de un espejo dogmático de dicha y confort especial. "Daisy" es otro entramada de ritmos locos, de sugerencias electrónicas bajadas de tono especial, luminosidad radiante, pasión desaforada.

En "Flammarion", consiguen fabricar una buena ración de líneas torcidas donde bucear a gusto entre lobos y peroratas amables. "Reaction" es otra buena receta para fabricarte excusas para vivir en la tranquilidad de otros tiempos, y el final de "The other day" es otra refrescante coctelera de ritmos ínfimos, de luces que se evaporan.

Blue Hawaii, una isla de elegantes trajes de noche, una serena calma chicha, un pedaleo de lágrimas secas, la colina de los sueños.


lunes, 9 de noviembre de 2015

LOW. "Ones and sixes" (2015)


Tantos años que llevo afiliado a este club de la tristeza que tienen a Low como uno de sus grandes baluartes, y sigo emocionándome como cuando los conocí hace ya tanto. Y es que si después de escuchar "No comprende" te queda sitio para las sonrisas, es que eres alguien excesivamente alegre.

Mimi y Alan saben llenarnos de melancolía. Ahora que en noviembre parece que estamos en primavera, ponerte este disco es como prenderte en tu chaqueta osarios de rosas. Te seducen, te ponen en el desfiladero, te sumergen en su lodazal de palabras que no se acaban, y tú, como no, te dejas llevar.

"Spanish translation" es un colosal monumento a la catarsis cotidiana. Alan y su comparsa Mimi reproducen en sus canciones un buen arsenal de adjetivos con coordenadas para no perderte en el yo mismo. Tristeza, pero bonita, no para caer en laberintos improductivos. Esto es belleza, como lo fue "C'mon" (2011), o "The Great destroyer" (2005). Se trata de sacar a la música el corazón para ponerle en la mesa, para merendar arterias, para hablar de nosotros, para llover tragedias....

Y como nos tienen acostumbrados últimamente Low no se cortan. "Congregation" puede ser un hit. ¿Por qué no? Escuchar a Low siempre es una garantía. Ellos nunca te fallarán. "No end" te seduce con esos arreones de juguete de la guitarra de Alan, luminosidad radiante, festival sin mácula de perdición, voces que te mecen y te asolan con claridad prístina.

"Into you", mientras me acabo el vino de después de comer, y el sol araña la terraza. Silba Mimi, silba mientras me pongo cómodo en la silla aerea de los gozos imposibles. Todo un lujo. Los mormones siguen fiel a su idea de fe. Las catacumbas del corazón, el vaho perdido de la desmemoria.

También tienen tiempo para jugar con la electrónica, como en "The Innocents", o "Kid in the corner", y sedarnos con morfina en "Lies", otra manera como otra cualquiera de sentir el fragor de esta valiente agitación del no movimiento.

"DJ" es la que termina con la aventura. Un reguero de sangre sin llagas, un sacúdete las lágrimas que me voy de fiesta yo solo. Low, me compro su disco y sé que no tiro el tiempo. Ganaré silencios, viviré en murmullos.


jueves, 5 de noviembre de 2015

BEN FROST & DANIEL BJARNASON. "Sólaris" (2012)


"Solaris" fue la obra maestra del cineasta soviético Tarkovski, una de las cimas del cine de ciencia ficción, en la que se narra de una manera pausada, la vida de unos astronautas en una estación espacial, excusa para que la aparición de lo desconocido, lo ignoto, aparezca como punto central en la vida de unos personajes que se mueven a ras del silencio.

El bestia de Ben Frost, famoso por sus producciones de aullidos y ruido, junto con el compositor Daniel Bjarnason, se unieron junto a la Orquesta de Cracovia,para como rendido homenaje, poner música al film basado en el libro de Stanilaw Lem.

¿Se puede separar este personal score de la pelicula? Después de bastantes escuchas y si no has visto el film, seguro que correrás a por él cuando oigas temas como "We don't need other worlds, we need mirrors", terrorífico, glacial. Te puedes crear tu propia atmósfera cero, tu propio escape a mundos desconocidos. La colisión de ambos músicos crea novas incandescentes como "Simulacra" en sus dos partes, mapa de suaves sonidos que rompen el mar de la lejanía.

"Reyja" es una elegante y lírica pieza clásica de la que percibes que algo está a punto de estallar. Las cosas del espacio y su grandiosidad, el ínfimo polvo cósmico que somos en ese decorado donde no contamos para el vaiven sideral.

En "You mean more to me than any scientific truth" nos vemos abordados por una ordalía de versos sin palabras, de sonidos que te adormecen, ciencia y difusión de notas que bogan en un entramado de ariscos combates por la contención extrema. "Saccades" y "Venia" vienen a poner el broche de oro a este colosal decorado  de extrema gelidez. Suburbio de sueños, proclamas de sueños.


martes, 3 de noviembre de 2015

GHOSTPOET. "Shedding skin" (2015)


Obaro Ejimive ha conseguido con la publicación de este "Shedding Skin",que vuelva a buscar en mi discografia los discos de Tricky. Y eso que el posicionamiento musical de ambos es diferente, pero no las ganas de repartir golpes de hip hop, jazz, rock y otras especulaciones.

"Off peak dreams" es la primera nota de esta paleta de este autor que te mece desde la profundidad de su voz y la de otros acompañantes en este dichoso viaje por la urbe, por la ciudad de neones apaciguadores. En "X  marks the spot", se hace acompañar por Nadine Shah, dotando a la sensualidad de una buena pomada de fiebre interior.

En este tercer disco, el músico afincado en Londres, ha abierto la electrónica que predominaba en sus anteriores trabajos, para que entren poros de pop, pus de jazz, enjabonando su calidad musical con ardores de spoken word, en medio de arenas sedosas, de soul impoluto. "Be right back, moving house", con Paul Smith de ayudante de camara, es una preciosidad para días como éste, lluvia que no apacigua, que cae sin dolor.

Me pongo el disco cuando acabo de comer despues de venir del curro. Enchufo los cascos, me siento en el sillón, y salgo despedido hacia ignotas noches de esas de exceso fulgurante. Melanie de Belasio pone su garganta en el track que titula el disco, una gema más en este campo de flores auroleadas que es "Shedding skin".

"Yes, i help you back" es más oscura, ponzoñosa y reptante, una indócil manera del hacer del post hip hop un estilo a seguir. Y es en "That ring down the drain king of feeling", cuando más presente está la sombra de Tricky. La guitarra haciendo pulseras de electricidad mientras Nadine Shah corrompe la calma y el organo se mete en la conversación de vahos imposibles.

Mi favorita, "Better not butter", con un tono gris amenazante, con un acechante punto de cine negro, cal para los muertos, rubor y lagrimas sin fin. "Shedding skin" resulta pues como un buen sedante sin acritud, una buena forma de meternos de lleno en el otoño de las urbes peligrosas. Cosas que tiene la poesía fantasma.....


domingo, 1 de noviembre de 2015

BARDO POND. "Amanita" (1996)


"Amanita" fue el segundo disco de este quinteto que desde sus inicios han tenido la capacidad de intoxicarnos con su space rock sumergido en aguas ponzoñosas, en delirios nacientes por esa sensación de exceso que te encuentras a cada paso cuando escuchas sus discos.

Los diez minutos que hacen de inicio en este doble disco con "Limerick", con sus guitarras rugiendo en espuma, con la voz de Isobel Sollenberger en medio de un caos de ácido y surcos de ojos cerrados son un buen señuelo para compartir con ellos un buen rato grande.

Tienen algo de shoegazing, ("Sentence"), intentando hacer del feedback una corazonada con melodía que arda, divagando con altas y bajas presiones sensoriales. Pero donde Bardo Pond estaban agusto era en el fango, con dentelladas como "Wank", psicodelia y peyote, algarabía y de luces carnívoras. "Sometimes words" es tersa y acogedora, arrullos desde la tormenta en medio de algo que podia pasar por pop pero sin llegar a tanto.

"Yellow turban" es una locura desquiciadora, un bálsamo contra la paz de tus oidos. Aqui lo que escuchas es un enjambre de electricidad que se convierte en tormenta y que nos deja en "Be a fish", la más lograda del disco, puro festival de un desorden neurótico de guitarras combatiendo para ver quien es el que se lleva la carta ganadora.

Para terminar la envolvente "RM" donde la flauta toma la batuta del tema, girando alrededor de ella todo esa hecatombe psicodelica de una banda que no se andaba con chiquitas cuando queria subir el volumen de nuestras sensaciones.

miércoles, 28 de octubre de 2015

SCOTT WALKER. "Tilt" (1995)


Scott Walker es un genio. Un creador que desde finales de los 70 no ha parado de reparar almas. Con The Walker Brothers y luego en solitario, este "Tilt" vino tras 11 años de sequía. "Climate of hunter" (1984), fue el ultimo peldaño hasta que Walker decidió afrontar su obra más espeluznante.

¿Qué decir de "Tilt" que no se haya dicho ya? "Farmer in the city" es una neoclásica canción, violines a cuerda de perro, detonando es una explosión de lirismo cautivador; "The cokfighter" es pura catarsis, un señuelo de ruidismo bien entendido, una secuencia de vanguardia programada para hacer caer sobre ti todos los cielos en una absorvente y obsesiva concatenación de luces oscuras.

De este disco se ha llegado a decir que el primer disco del siglo XXI por lo que tiene de experiencia, de innovación, de un Jacques Brel de las sombras que supo ejecutar a la perfección su papel como investigador de nuevos cauces. "Bouncer see bouncer..." es la más larga del disco, y sus ocho minutos son una lineal acometida de un ritmo mecánico, confeccionado para silenciar tormentas.

En "Manhattan" nos encontramos al Walker más operístico en una creación exhuberante, donde los teclados y la percusión se fusionan en un incontinente puzzle de latidos imposibles. ¿Cómo no escuchar "Face on breast" y no pensar en "El retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde?. Es un tratado sobre el mal desde angulos periféricos, una concatenación de sublimes responsos que da paso a "Bolivia'95", mi favorita, donde la melodía se intrinca en el laberinto de los instrumentos que seducen por su orfebrería fina. No me extraña que los miembros de Sonic Youth hallan hablado de este album con veneración.

"Rosary" y la que titula el lp son el punto final de este portentoso disco que es dificil encuadrar en algún estílo. De esas producciones que dejan poso, que se enredan en la memoria y no te abandonan. Scott Walker, un artista con todas las palabras bien mayúsculas, un genio total.


lunes, 26 de octubre de 2015

DISAPPEARS. "Irreal" (2015)


Estos chicos de Illinois te dejan perplejos desde la primera escucha. He puesto al play y suena "Integration". Y me encuentro de golpe con una amalgama de rock oscuro, minimal, post punk que vive en las mismas habitaciones donde sonaron los primeros discos de Sonic Youth.

Te machacan sin compasión, pero te dejan abierta la persiana para que puedas ver rayos de luz. Pocos, pero algo es algo. Con decir que Steve Shelley, de la juventud sónica, formó parte de la banda lo dice todo. "Irreal" es un disco que cuesta, pero que engancha. "I_O", es la segunda bala de este quinto disco de Disappears, puro vicio para los que seguimos a Swans, una intrincada trama de sonidos que nacen como fragmentos para revivir el peligro del rock.

Con Disappears tenemos otra oportunidad para poner musica al Apocalipsis. "Another thought" es criminal, una claustrofóbica sereneta de ultratumba, que te pone los nervios palpitando cuevas. La batería es peligrosa por su constancia de lo que se intuye, la voz es gangrena, y la linea recta de su sonido edifica un museo de los horrores. Dulce horrores.

La que titula el cd es la más devastadora. Se intuye las influencia de Michal Gira y sus cisnes asesinos. Siete minutos de catástrofes naturales, desollinando tu cerebro con la catarsis del peligro. "Halcyon days" es una lenta caminata por un sendero de clavos. Parece que no pasa nada, que todo se reduce a dejarse llevar, pero se presiente el mar asesino, la garganta de la desaparición. Killing Joke sería un buen padrino de esta enorme banda.

"Navigating the void" la que termina la pesadilla, es una voluta al viento de ácido, una corrosiva agitación de instrumentos que viven en la depravación musitando bailes de agonía. Disappears cumple con creces como sinfonía de la devastación. Grandiosos.


viernes, 23 de octubre de 2015

ATLETA. "Catedrales" (2010)


De las cenizas de esa superbanda que fue 12twelve, nació AtletA. Jaume L. Pantaleón y José Roselló, se encargaron con brío y destreza de perpetuar y evolucionar las ideas de 12twelve, buscando recovecos de jazz libre, de post rock, siempre posándose en tierras ignotas, y con el saber de estar realizando algo que por estos lares pocos se atreven a realizar.

Me gusta ese incio de piano de "Evasión y victoria" y como sin quererlo estamos ya en "Perros estelares" donde suenan emocionales desde la fiebre. Música instrumental como pictograma de notas que boga en el espacio, acercándose a Tortoise en "Amor 500" para en "Caramiradas" y con sus casi seis minutos radiantes, convocarnos a una fiesta de luces interminables, de vientos heladores.

Krautrock y matemáticas con incógnitas por todos sabido. "Héroe cobarde" es otro viaje sin paracaídas, otro embite de rock de ese que se cuece en divagaciones de dedos y en cererebros escrutadores de nuevas formas de evolucionar. Que buenos que eran 12twelve, y como siguen el frenesí de lo especulativo AtletA con disgresiones tan incomodas como "Sabbia nera" y la magistral "Amor 500", de nuevo con el piano como protagonista.

En "El zombi y el psi" se sacuden a su voluntad con un seísmo repleto de volutas de tensión, grupo abierto a cielos indómitos, campos de girasol electrificado, manta de invierno para los pies del cerebro. "Sinopsis" tiene la misma radiación, el mismo espejo roto en mil pedazos, la luna de la fiebre, el eco de la constancia.

Una bonita experiencia caer en este maremoto apaciguador, en este indolente frente de lucha de vientos y soles que queman y sortean  truenos.


lunes, 19 de octubre de 2015

BUILT TO SPILL. "Untethered Moon" (2015)


De nuevo otro de los grandes grupos de los 90, otros de los que siguieron por la senda de Pavement y Yo la Tengo, que han decidido a sacar un disco en este año. Fueron unos segundones en la época porque los que estaban en la delantera eran la leche, pero siempre Built to Spill tuvieron la cualidad de regalarnos grandes canciones.

Y si empiezan con un tema de seis minutos, "All our song", donde les da tiempo para explayarse en su dircurso sideral de guitarras que carcomen, mejor que mejor. El octavo disco del grupo es un punto, indie rock en toda regla donde se las dan de creyente de la melodía perfecta, ("Living zoo"), cosiendo a su antojo banderas de enganche de rock de ese que ya no se hace.

Dough Martsch, sigue siendo el que lleva la batuta en la banda, y la verdad es que después de escuchar joyas como "Some other song", (un surf song somnoliento con ganas de perderte en los mares de Guided by Voices), no te queda más remedio que pasar al pop de "Never be the shame" y después a esa orgía de electricidad que es "C.R.E.B" , siempre con esa dosis de melancolía hacia esos años por todos añorados.

"Another day" es unas bestialidad, las guitarras rugen como Sugar, la banda se pone el mono, se ensucia con petalos de distorsión, se come el mundo a bocados de recuerdos. Puro indie rock de ese que no caduca.

También Built to Spill tiene tiempo para tempos tranquilos, para llevarse a la boca golosinas como "Horizon to cliff", o flipar de una manera salvaje con "So" y con los ocho minutos finales de "When I'm blind", donde sin remedio nos plegamos ante este superbanda que ha venido despues de casi seis años de ausencia para hacer que nuestros emepetres sigan recopilando sensaciones, bastiones del ayer y de hoy, dinamita y buen rock.


viernes, 16 de octubre de 2015

ELEVENTH DREAM DAY. "Works of tomorrow" (2015)


Esta claro que los grandes grupos de los 90, no nos fallan. En activo desde finales de los 80, Eleventh Dream Day nunca nos desfraudó, siempre dieron en el clavo con su rock de alto octanaje, con sus niveles de radiación electrica siempre rozando la hecatombe lírica.

Ahora nos presentan "Works for tomorrow", y es como si se hubiera parado el tiempo. Me pongo ese pedazo de himno punk que titula el cd y no paro de subir y subir el volumen del reproductor. Sensaciones pasadas que vuelven y se quedan.

Entre Rick Rizzo a los fogones guitarreros y la voz de Janet Beveridge como contrapunto, con Dough MacCombs en la retaguardia, se las apañan para apuñalarnos a traición con sacudidas que van de lo psicodélico, "Cheap gasoline", hasta enjambres contaminados de escaleras de ritmo hipnótico como "Go tell it". Músculo, una banda ensamblada, una buena ración de medicina ponzoñosa para que recordermos que quien tuvo retuvo.

Los de Chicago seducen con su potencia y su conjugado discurso percutivo, labrando en la tierra semillas de esas que crecen hasta tocar cielos embrutecidos de discursos litigantes. Increible su estado de gracia. "The people's history" es otra cabalgada, otra contundente agitación que confirma porque de las ultimas novedades que me he comprado en estos ultimos meses, el 90% corresponde a bandas ya maduritas. Los jóvenes (salvo excepciones) deberían hacérselo mirar.

En "The unknowing" es un placer el soliloquio guitarrero de Rizzo, con Young en mente, largos minutos de intensidad, de disonancias placenteras. También tiene tiempo en "Deep lakes" para marcarse una maravillosa pop song con el careo de Janet, azucar y cariño a bortotones. Para terminar "End with me", volcán que se desata, entrañas queroseno, ganas de volver a ser de nuevo joven.

La banda sigue en su sueño, nosotros seguimos salpicados de fogonazos de rabia, de bilis que entumece, de digestiones eléctrica de rock. Eleventh Dream Day, gran banda.


martes, 13 de octubre de 2015

ANTONIO ARIAS. "Multiverso II: De la soleá de la ciencia a la física de la inmortalidad" (2013)


Antonio Arias es un astronauta. Lo suyo es ponerse el traje, el casco, meterse en la nave y dejarse llevar por los indómitos mundos siderales. Navegar entre agujeros negros, posarse en Saturno y hacerse una foto mientras todo se destruye.

Si "Multiverso I"  fue bueno, "Multiverso II" es mejor. Es un cometa que se cruza en tu camino y te señala un punto para seguir firmemente el paso. "Desertización" te hechiza, magnetismo seguro, y la suavidad hipnótica de "Agujero de ozono" te deja sin palabras. No tuve oportunidad de echarle el lazo al disco cuando salió, ahora estoy perdido entre mundos ignotos de luces que se apagan y seducen, de palabras que surcan el cielo en busca de imágenes programadas para sentir.

Antonio Arias es un personaje singular, de esos artistas que no vale poner etiquetas, ni encuadrarlos en ningún estilo. Lo suyo es bogar y fluctuar. Lagartija y flamenco, guitarras que espantan y ahora el espiritu de la ciencia en cada cuadrícula de su discurso siempre envolvente. Acabo de comer, termino mi copa de vino, salgo a la terraza, en la cocina suena "Soleá de la ciencia" y parece que se abren los cielos.

El espíritu de Morente se presiente, y con respeto se le recuerda ("Soleá de la ciencia", dentro de su disco "Morente sueña la Alhambra"). Soleá Morente aparece en "A la materia" y no te queda más remedio que caer rendido en un mar de universos paralelos. Piano, densidad bajo cero, Antonio y Soleá de la mano en un jardín de flores eléctricas, de rocío carbón, cariño en las palabras, sensualidad en la voz. Llegue tarde a este "Multiverso II", ahora no puedo salir de él.

Estoy en el labertinto de Minos, o en una encrucijada dulce en la cual quiero perderme. "Infinito" es grande, es como un continente, "es vivir, es inventar". De esos discos que perdurará con el paso de los tiempos. Quizás alguién se le ocurrirá enviarle en un cohete de esos que buscan civilizaciones avanzadas por el universo que nunca se acaba. "Relieve" es otra cápsula de escape, otra pléyade de frases que se interrogan y te subyugan. Puro placer para los sentidos.

"La física de la inmortalidad" goza de los parabienes del himno. Es una herramienta para el goce de los ojos, para sacudirte mientras los caracoles miran el reloj la hora prevista para llegar a una naturaleza salvaje, dámero prohibido de dicha. El piano de nuevo en "Proyecto Marte" da paso en "Dejar las cosas intactas", a las guitarras que se ponen nerviosas mientras Antonio recita espejismos, ecuaciones que nunca se resolverán. La ciencia, joder, la ciencia, que enigma.

"Un alfa y tres omegas" sigue con la perpetua agitación, puro nervio, entre sintaxis imposibles y ruidos inaudibles. Y para terminar "Cármenes", también con Soleá, para dar más brío a este increible disco que debería figurar en los manuales de producciones para seguir si quieres saber en que consiste el arte y la revelación.


viernes, 9 de octubre de 2015

MISHIMA. "Set tota la vida" (2007)


Pedazo de disco se sacaron de la manga Mishima en el 2007. La verdad es que llegue tarde a ellos, pero desde que supe que estaba ante una de las formaciones más interesantes del orbe indie, no me he perdido nada suyo.

Solo con el comienzo alegre y vital de "La tarde esclata" lo tienen todos hecho para que les sigas la pista. David Carabén el mago que urde pócimas con su varita estrafalaria se saca conejos de su sombrero como y cuando quiere. "Aguéev" es intensa y desbordadora, y "Neix el món dintre l'ull" es poesia hablada, narrada, mientras el grupo se mira el espejo buscando ruiseñores.

Mishima es un harakiri de rosas, una esbelta estatua de fuente donde mana a destajo posibilidades para la emoción. "La forma d'un sentit" es un maravilloso himno; eléctrico, como The New Year, pero a su manera, irradiando fuerza, indie de ese que se escapa entre bramidos.Y es que Mishima son irresistibles. El pop de "Qui n'ha begut" es solemne, cadencioso, colosal.

Se atreven también con un poema de Joan Maragall, en "Els ametllers", nueva ocasión para participar de esta mágica progresión de ideas y sentimientos, camino trazado donde la melancolía se vuelve arena de playa, donde la música nos situa en algún lugar recóndito de la dicha.

El piano de "Un tros de fang" te acurruca y te despierta, y la potente "Llavors tu, simplement" te la podias llevar en la mochila de tus cascos cuando vas a trabajar. "Set tota la vida" es un componente más de una interesante discografía de unos tipos que se han esforzado desde sus inicios en que la emoción perdure.







miércoles, 7 de octubre de 2015

ALBERTO MONTERO. "Puerto principe" (2013)

Que bueno que el sello Bcore acogiera en su seno a Alberto Montero. Acostumbrados a las hecatombes nucleares del sello barcelonés, la inclusión entre sus filas de este "Puerto Príncipe" y de este monumental artista, es todo un activo.

El tercer disco de Alberto Montero, que comienza con la canción que titula el cd, es todo un batiburrillo de folk progresivo, de sonidos de los setenta, de psicodelia galopante. Vientos, ir y venir, coros en seis minutos de esparcimiento.

El valenciano me gusta. Hasta creo sentir un palpito a Vainica Doble cuando la candidez de "Noche de verano" viene para que sintamos añoranza de lo perdido. Un tobogán de cromatismo, de rutilantes amalgamas de influencias que no se pierden en volubles serenatas sin mas. "Para nada" y su piano misterioro da la voz a "Hoy ayer", casi indie, viento y melodia perfecta, un hit para tararear viñas, un gesto al aire soberbio, con una solvente banda detrás, para dar más empaque al asunto.

No puedo de dejar de mirar atras cuando oigo este disco. No casa en esta época donde todo es querer innovar y olvidar el pasado. Alberto Montero es un juglar que reparte sus enseñanzas en castillos de aires, en veleros de ultramar, como cuando en "Manada de árboles" te da por cerrar los ojos y pensar en el medievo.

"El juego del olvido" es una serenata tranquila, es un puzzle de lianas y letanías fértiles, hogazas de luz incandescentes, motivos para la alegría, festejo y acurrumacos para un mal día. Si, la verdad es que no hay nada como un paseo por las trincheras de la levedad.

Otra as en la baraja es "El indeciso" camino de citaras ondeantes, perfúmenes al albur de los designios del tiempo. Atemporal pues Alberto Montero, y este "Puerto príncipe", música sin edad.


lunes, 5 de octubre de 2015

ALGIERS. "Algiers" (2015)


Gospel post punk. Ahi queda eso. Desde que suena "Remains", te das cuenta de que esto es distinto a todo lo que escuchamos. Si estabas esperando una banda que se saliese del tiesto, que abrazase la heterodoxia en una mixtura desbocadora, tu grupo sera Algiers.

El disco me llegó hace unos días, y la verdad es que no paro de ponerlo. Gospel y cavernas, grutas y sombras, con voces que gritan desesperación y venganza, ("And when you fall"). Franklyn James Fisher, es la vozarrona que rompe cielos, criticando la esclavitud, rompiendo las cadenas, trayéndonos la vida de los miles y miles de seres humanos que vivieron y murieron con un bozal en el cuello y la palabra.

Me pongo "Blood" con ese coro que vomita angeles, cantantes bajo el cipres, que de repente se ven acompañados por el sonido del estruendo de una guitarra, que parece la trompeta de Jericó. Post punk en reuniones dominicales con ostias venenosas, manos al cielo, ojos cerrados, apocalipsis de rugido y hielo.

Algiers ha construido uno de los discos más hermosos del año. Contra la globalización y el dislate de unos tiempos crueles contra el más debil, Algiers alzan su hacha vocal para abrir conciencias, para robar cielos. "Old girl" es puro post punk, extremo, voraz, devorador, ensañándose con la calma, con latidos del primero Nick Cave.

También tienen tiempo para confeccionar suculentas piezas de electro ochentero como "Irony. Utillity. Pretex", gravitaciones perfecta para mover los pies. "But she was not flying" es soul industrial, como toparte de repente con unos The The de negro riguroso, detrozando espejos con el latir de la voz, vomitorio de sedación y pus.

Joder, pedazo de banda. Oigo la fantasmal "Games", lenta y febril, arena en los bolsillos, mientras la luz se atenua y las velas tiemblan ante la emoción por haber avistado el espectro de Nina Simone. Sin palabras que se queda uno. "In Parallax" es otro trallazo para no quepa duda que estamos ante algo muy grande. No perderles de vista.


viernes, 2 de octubre de 2015

16 HORSEPOWER. "Sackcloth-N-Ashes" (1996)


Fue hace muchos años cuando recibí como regalo de cumpleaños "Folkclore" (2002), mi primera aproximación a una banda que desde las primeras canciones me llegó a fondo. Sobretodo por su propuesta de aunar el country con la oscuridad, tenebrosos y ardientes, capacitados para hacernos atrapar con mandolinas de calaveras y ritmos angustiosos.

Dave Eugene Edwards, es el culpable de traernos el apocalipsis, nieto de un predicador y acostumbrado al lenguaje de las serpientes, con 16 horsepower, tuvo la oprotunidad de hablar de redención y castigo, mientras golpeaba con su voz conciencias. "Black soul choir", para que aun no los ha escuchado todavía, es una buena manera de empezar a meterte en esta biblia negra que eran 16 horsepower.

Este disco fue el primero de los seis que sacaron, amparado bajo la mirada en la sombra de Gordon Cano, de Violent Femmes, y en el se sustenta toda una estructura que milita en lo salvaje, en la tradicción, en los esputos como "Haw" fieros desde la cochambre.Cercano a Nick Cave en la faceta de litigante de la fe, el country gotico tuvo en 16 horsepower a su maximo exponente.

"Black Bush", es otro exponente de esta oración a base proclamas incendarias, donde el calor de la levedad se angosta en la carne del pecado. En "Heel on the shovel" cabalgan a lomos del fuego, midiendo su fuerza con el folk y "American Wheeze" es un minimal combate donde celebras las embestidas acústicas con las proezas estilísticas de este banda de forajidos.

16 horsepower, una agreste amenaza, una contienda sin fin, un osario en el camino, la voz de la devastación mientras el calor achicharra conciencias.....



miércoles, 30 de septiembre de 2015

AVISHAI COHEN TRIO. "From darkness" (2015)


Este contrabajista israelí es la leche. Mi primera incursión en su manera tan emocionante de tratar el jazz, me ha dejado con un buen sabor. Desde que el piano en la inicial "Beyond" toca a arrebato para que después la banda se tome en serio esto de dejarnos sin aliento, no te queda más remedio que seguir el hilo de Ariadna de este "From darkness".

Junto al pianista Nitai Hershkovits y el batería Daniel Dor, Cohen nos muestra su maestria, su incansable busqueda. Me encanta la potente "Abie" con ese ritmo endiablado que te mece y te escuece, con las manos de Cohen haciendo de batuta sobre la banda.

Estos virtuosos conjugan a la perfección sus instrumentos para que escalemos canción a canción esta cima de rayos pertubadores que nos motiva y nos desgarra. "Halelyah", es casi música clásica, atemporal, que milita en un mar de sensaciones. Pura alergía para sobrevivir en tiempos de sedación.

"Ballad for an unborn" es una serena inmersión en un parque de matices punzantes, donde los verdes duelen, donde las teclas del piano se afinan con la sensación de levedad; marchitarse no es morir, es pasar a otro estado, dejarse llevar por el viento hacia la nada. Y cuando Cohen se emplea a fondo con el bajo eléctrico en la canción que da titulo al cd, con sus filigranas y sus zigzag, para a continuación meternos en una espiral de ritmos casi latinos, no te queda más que levantarte de la silla y aplaudir lo que estas oyendo.

Y sigue el clasicismo en "Almah sleeping" donde parece que cada nota se suspende en el aire en una emotiva dispersión de que rompen cielos. A gozar pues de este envolvente regalo para este otoño naciente.


lunes, 28 de septiembre de 2015

URSULA. "Mejor seguir al silencio" (2009)


El cuarto disco del grupo comandado por David Cordero, fue el mas redondo. La barca que espera anclada en ese fondo azul que daña los ojos, parece invitarnos a subirnos en ella, para transitar por caminos donde la soledad se clava la espina del deseo.

Empezaron siendo unos paladines del slowcore,("La banda sonora de mi funeral") Codeine en voz baja, para acabar afincados en algún recondito lugar más cerca de Hood, con sus juegos electrónicos pero sin dejar por ello de llorar. "Puedo y no quiero" se toma en serio el percance de seguir cantando entre sombras, enfurruñándo los cielos, con David acompañado por un paisaje donde recrearse a gusto mientras gotea ansia por vivir.

"Mejor seguir al silencio" es un disco de ocho canciones donde solo en 3 de ellas encontramos la voz. "Fuerza mayor" es la mejor representación de esta nueva sinfonía, donde lo que menos importa son las letras, y más la sensación de buscar mediante la evocación abstracta, siluetas donde definir los parametros de la tristeza.

"Maravilloso miedo" vale para un fin de noes. Para conjugar verbos absurdos, para llevar tu mal a las manos de un beso. "La minoria silenciosa" es electrónica contenida, páramos de angustia existencial mientras al rato en "Desviaciones morales", David sigue con su perorata de ensimismamiento total.

Silencio. El silencio encapsulado en pastillas de mejoría interna, luces y sombras para fabricar espacios donde merodear caprichos. La luna embaucadora, el agua en calma, las estrellas ignorantes de esa balanza que divide el todo en dos partes: la vida y la muerte.

Para acabar este tránsito, "De perdidos al río" y "A la mañana siguiente", ponen el punto final con su encantamiento singular, con su mapa sugerente de veleidades absolutas. Buen viaje para los sueños.


sábado, 26 de septiembre de 2015

WINDSOR FOR THE DERBY. "Against love" (2010)


Windsor for the Derby siempre fueron uno de los secretos mejor guardados del sello Secretly Canadian. Los de Tampa siempre supieron conjugar de una manera colosal la experimentación, con tratados paisajísticos rodeados de color y pop.

"After love" es una muestra de ellos. Como Yo la tengo urgando en el agujero negro de los sentimientos, catarsis programada, filigranas y rubor. Este cuarto disco es quizás lo más logrado de su carrera, y entre sus surcos encontramos cadencias para soñar entre teclados y guitarras noctámbulas, ("Queen of the sun"), folk duermevela con pop de teciopelo (""Our love's a calamity") y psicodélicos enjambres de feedback, "Autumn song".

La maestría de Windsors for the Derby es la perfecta conjugación que hacen de sus inclemencias musicales. Puro calambre, puro estruendo a veces sofocado a veces saltando entre oleadas de siseos acariciadores.

"Moon shadows es pura experiencia sensorial. Aquí se vuelven rudos, extraños, vagando entre fantasmales sombras inquisitivas. Pero cuando mas me gustan es cuando se ponen tiernos, cuando casan folk con planeadores ecos apaciguadores como lo hacen en "Dull Knives".

Windsor for the Derby parten la manzana de los tesoros del ayer, especulan con gas y éter, y nos regalan espacios expansivos de conciencia ("Hips"). Una banda que hará las delicias de los que disfrutan de Yo la Tengo y las bandas de las primeras hornadas de post rock.


lunes, 21 de septiembre de 2015

ZUN ZUN EGUI. "Shackles gift" (2015)


Dos ingleses, un mauritano y una japonesa. Estos son Zun Zun Egui. Y que se puede esperar de esta explosiva mezcla que una autentica batidora de experiencias reconfortantes, un crisol de expresión total, de mixtura de mundos que se unen para hacer que la propuesta de bandas como Vampire Weekend, queden en un galimatías absurdo.

Desde que suena "Rigid man", no te queda más remedio que quedarte prendido por esta bacanal de ritmo, donde Africa encuentra a Tortoise, donde la espiral de la portada es una manera más de llevarte a sitios ignotos donde con placer sacudir tu cerebro.

Si "Katang" (2011) fue bueno, este "Shackles gift" lo supera.  "Africa tree" es como hallar una tesoro escondido donde Talking Heads se toma un aperitivo con Don Caballero. Vibrantes, alucinógenos, todo es un reguero de pulsaciones y vítores, de cadencias que van y vienen, de motivos siderales para aplaudir este paseo por las luces de un lugar de delicadezas crudas.

Aqui hay afrobeat para quedarte sin respiración ("Ruby"), recetas espirituales como "I want you to known" para convertirte en un autentico escrutador de sensaciones que te remuevan el espíritu. "Soul scratch" juega al escondite con ecos que van de Led Zeppelin a la música africana, con los teclados de Yoshino Shigihara meciéndote en una espectacular jugada sensorial.

Si me tengo que quedar con una elijo "Tickle the line" donde de nuevo te ves en una catarata de vivencias especiales, de vientos de rock cromado con jazz, elaboración casera de estilos que van y vienen, tomas de veneno al por mayor para conciliar la agitación y los volcanes.

"Late bloomer" conjuga elementos de disidencia africana trenzada con pinzeladas de mathrock. Ahi queda eso. Zun Zun Egui consiguen que cada tema sea todo una aventura, una secuencia interminable de sonoridades que te hacen despertar y gritar. La rabia con que acaba el disco en "City thunder" con efluvios de reggae que acaba siendo una amenaza guitarrera, quebradero de cabeza sin par. Todos a bailar, que nadie se quede rezagado. Zun Xun Egui, grito de guerra.