jueves, 19 de julio de 2012

CABO SAN ROQUE. "Ball de pistons" (2010)


La aventura de este grupo catalán tiene merito. Formados en 2001, el ideario principal del grupo es la formación y nacimiento de instrumentos mediante el uso de maquinas de coser, lavadoras, etc. etc, que hábilmente manipuladas consiguen olvidar la principal utilización tras su nacimiento, para convertirse en armas musicales que parten de un folk muy particular, muy de lo cotidiano, para mediente  música instrumental satisfacernos a los que nos interesamos por lo menos mundano del rollo musical actual.

Asi que empezando con "Mecanisme#3" y sus florituras hipnotizadoras, casi acuaticas con un cromatismo sonoro de lo más variado,  y continuando con "La increible historia d'en Roger Carolina", con su aire de post rock sonambulista, nos hallamos ante un autentico mar de sonidos imposibles de clasificar.

"El culc" casi suena a una vals de "Amelie" y "Cavalls de ferro" es como encontrarse con Calexico tomandose unos vermuts en las Ramblas barcelonesas. El aire experimental de "Planta de galetes" me parece  soberbio, y la ternuna de "El rabada" con su piano sinuoso es una forma más de incrementar las ganas del oyente para saber más de Cabo San Roque.

"Cacau que cau" es una tremenda elucubración que da la señal de salida a el torrente de "El submarinista" donde se muestra la solvencia de una banda que ha sabido en este 4º disco poner en un nombre sin etiquetas posibles a toda una capacidad compositiva que es de venerar en estos tiempos que corren.


martes, 17 de julio de 2012

CRISTINA LLISO. "Si alguna vez" (2012)



Recuerdo un tiempo lejano cuando estaba de lleno inmiscuido en el mundo del postpunk, de la catarsis oscura, de la música independiente al margen de la musica independiente. Me llegaron noticias de un grupo comandado por una mujer con voz de ruiseñor. Eran los Esclarecidos, y "Dragon Rojo"(1994) y "Rojo"(1991), fueron los primeros vinilos que me pille.

Me gustaba la sensualidad de Cristina y lo sugerente de su propuesta, con un aire que muchos llaman cool, y para mi es personalidad a borbotones. Jazz, lirica,pop bien manufacturado. Luego me hice con los primeros discos de los 80. Ellos estaba en la movida, pero su movida era otra. Siempre fueron artesanos que no se casaban con nadie, músicos disfrutadores de caricias extravagantes, artifices de una aventura que ha perdurado a traves de los años.

Yo caí rendido desde el principio, y ahora Cristina Lliso despues de 14 años sin saber nada de ella, (recomendables desde Discos Pensados su apuesta electrónica como Lliso), la que puso su voz a la increible "Arponera" viene para quedarnos con nosotros, para arullarnos, para que no olvidemos como desde el pop se puede construir cielos intimos que derrumben la tierra más seca y firme.

"Si alguna vez" ha contado con la estimable colaboración  en la producción de su amigo y colaborador Suso Saiz,  y Cristina es la responsable de la totalidad de las letras de este pedazo de disco que me tiene embaucado. Y es que en estos tiempos grises que corren no hay nada mejor como parar para especular corazones como en la inicial "No viajas sola", donde Lliso planta la semilla de una vuelta a la escena para quitarse el sombrero.

"La duna de Pyla", dedicada a su hija, es una floritura lirica que te deja absorto, hipnotizado por este hada por la que los efectos del tiempo parece que no han hecho mella. La bonita "En otro mundo" me recuerda a los momentos más tranquis de Esclarecidos y el escondite ingles que es "Hola amor" es para perseguir petalos en la tormenta, guardarlos para tiempos de invierno, y contar a voces las veces que te quiere quien más te quiere.

Una joya "Si alguna vez", con temas tan imperecederos y perdurables como "Arboles" para tararear a tu hijo pequeño, o para pintar paredes con los olores que despide cada frase de la canción. "Mirar la luna" es otra andanada de delicadeza, otra expresión calida y afectiva de una artista que ha vuelto a los rediles de la musica de ahora para volver a traernos migas de sentimiento, rayos de esperanza.

"Si alguna vez" es una forma radiante de volver con nosotros una artista que nunca se tuvo que ir, un arco iris de sonidos que se pegan y te mecen, la obra de una madura maestra que por siempre ya tiene un rincón en nuestro corazón pop.


sábado, 14 de julio de 2012

BOSS HOG. "Cold hands" (1990)


Fijaros en el año de edición del disco: 1990, uno de los más prolificos por delante y por detras, (89,91,92,93)  en lo que en cantidad y calidad se refiere dentro del mundo musical moderno. No ha habido, ni habrá unos años tan dorados en lo que a expresión de género, actitud rebelde y concreción de estilos y formas.

¿Quién está detras de Boss Hog? Ni más ni menos que Jon Spencer y la señora de buen ver que aparece en la portada, Cristina Martinez. Antes de hacerse un hueco más o menos importante en el panorama independiente, Jon Spencer ya nos había dado excusas con sus Pussy Galores y su blues punk pantanoso para condecorarle por su peligrosidad.

"Cold hands", fue el primer envite guerrero de Boss Hog, y desde la inicial "Gerard", queda bien claro el rollo que iban a llevar el grupo de Cristinita. Fuerza a raudales, rabia desde los primeros compases, butrones en la guitarra que suenan pesadas y indomesticadas.

"Eddy" es punk sensual y tranqui, y "Bug parr" es una excéntrica y casi psicodélica mamada blues que joder, te deja noqueado. Como "Red bull" y sus ruidos demacrados, y su suciedad tan malsana.... "Go brong" es más punk con interferencias en las letrinas del rock y "Peter shore" es un medio himno colosal para buscar bronca en la calle.

Los 90, siempre los 90, a ellos acudimos cuando nos encontramos necesitados de referentes, a ellos viajamos para atrapar discos ya olvidados por el cancer del tiempo. Boss Hog, punk al poder.


miércoles, 11 de julio de 2012

WILCO. "The whole love" (2011)


Reconozco que nunca he sido un ferviente seguidor de Wilco. También reconozco que hay que aplaudir de ellos que siempre se hallan pertrechado en formas tradiccionales del rock americano, para desde ya su 20 años de existencia, abrir nuevos caminos.

Culpa de todo esto la tiene sobre todo Jeff Tweedy, el mandamás de la banda. Con este "The whole love" me han convencido de tal manera, que desde ya me pongo en marcha para recuperar de una manera pausada y cerebral toda su carrera repleta de puntos algidos y algunos en tierra de nadie.

"Yankee Hotel Foxtrot" (2002) me gusto, pero para muchos el tremendo "A ghost in born", me dejó un pelín insatisfecho. "The whole love" nace para convencer a los aun dudosos y para los que siguen la historia del grupo, reafirmar su solvencia estilistica.

"The whole love" comienza con un trallazo medio psicodelio, medio noise que llamado "Art of almost" que da paso a una vitalista power pop songs, llamada "I might". Se vuelven pop tiernos en "Sunloathe", para en "Dawned on me" recordarme con cariño a los bienqueridos Yo la tengo en versión tranqui.

"The whole love" es todo una amalgama de dispositivos efectivos para dejar poso. Desde la suave caricia de "Black moon" hasta la trotona "Born alone" hace que los calores estivales sean un poco menos agresivos.

Si, lo reconozco, ya he comenzado a rebuscar entre mis cd la obra de Mr. Tweedy. Merece la pena la existencia de grupos que vayan de menos a mas, cruzando fronteras, allanando el camino, repartiendo buenos síntomas alentadores de rock.



lunes, 9 de julio de 2012

TINARIWEN. "Tassili" (2011)


Caras tapadas, pieles pintadas de azul, dunas que se esfuerzan por resarcirse del viento para aparecer entre sueños de viajeros perdidos en desiertos que se hacen cada vez más continentales. Los tuaregs siempre han sabido esconderse para guardar bien sus tradicciones orales, para perpetuar de padres a hijos historias, leyendas, cuentos de arena y calor.

Tinariwen han cambiado, los que crecieron en los campos de Libia, quizás ya no enganchan como cuando "Amassakoul" (2004) se coló en las listas más interesantes de músicas del mundo. "Tassili" es otra cosa, ha perdido su electricidad, su blues de oasis ahora es más meditado, prolongando los lamentos en letanías que son sombras dantescas entre olas ardientes de sopor.

"Tassili", es de todas las formas otra obra que no debemos de perdernos de Tinariwen. "Imidiwam ma tennam" es una cabalgada de blues sinuoso, letanias por doquier y arrullos compuestos de balas de sedicción. También "Asuf D Alwa" es otro testimonio más de porque Tinariwen llevan unos años copando lista y convenciendo al personal.

Me sigo quedando con sus obras anteriores, pero "Tassili" posee suficiente cantidad de canciones merecedoras de nuestro aceptación, que el disfrute de su escucha nos hace olvidar el cambio de rumbo de la banda. "Ya Messigh" es una oración ritual que expande su respiración por los acordes de las guitarras que son instrumentos convalecientes de la historia de todo un pueblo.

También "Walla illa" es otro conato más de agitación que representa una muesca más en las garras afiladas de estos piratas de la tierra seca. Otra obra más de unos nómadas que se merecen que les tengamos presentes en nuestras preferencias musicales.


miércoles, 4 de julio de 2012

BENOÎT PIOULARD. "Lasted" (2010)



Tras el nombre de Benoît Pioulard se enmascara un músico de Michigan cuyo nombre es Thomas Meluch, quien en 2006 ya nos conquistó con su "Précis" una amalgama de folk ensoñador con base de shoegazing lofi.

"Lasted" empieza con los pitidos del tren en "Purse discusses", una disgresión electrónica con bases de semiruido,que da el paso a "Sault", joyita que te gustará si tienes entre tus preferidos a Red House Painters o al Mark Eitzel. Música rural con tonos íntimos y reflexivos. "RTO" se te sube a la memoria de inmediato, caprichoso juguete que intima rápido con tu necesidad personal de ratos de sosiego para aplacar el mal que nos rodea.

Thomas Pioulard (permítanme la licencia) es todo un fabricante de secuencias adictivas de pop que a veces se nota lluvioso, ("Tie"), y otras se encabrita con sensualidad ("Shouting distance"). También el del nombre galo con corazón yankie tiene tiempo para confeccionar pequeñas gemas aéreas de complexión íntima, como la vibrante "Fluorescence".

"Ailleurs" es folk que seduce, que es lento trajín por un vendaval donde la guitarra parece acariciar cirros de voluntad serena. "Tack & tower", es levemente electrónica, aspirando a tomarse un respiro en una teteria de sucesos banales. Por eso y por el resto de "Lasted", merece que te acerques a este programado disco de pop-folk flotador. Un buen suceso su escucha.


lunes, 2 de julio de 2012

BORIS. "Pink" (2005)


En el Imperio del Sol naciente existen bandas como Boris, que tocan las guitarras con cuchillas de afeitar, que les gusta coger el stoner rock y descuartizarlo en metales pesados de orín. "Pink" es una muestra peligrosa y adictiva del poder explosivo de una banda que nos tiene acostumbrados a burradas que casan la psicodelia con lo más atrevido de un rock bastardo y demente.

"Farewell" es el primer trallazo en la frente, como unos Sonic Youth depravados que hayan aspirado demasiado los sónicos vapores del "Raw Power" de la iguana.  La que titula el disco es una lenta y marmórea expresión de vientos sediciosos, de gas en la penumbra.

Pero cuando más me ponen es cuando te pones cosas como la super rápida "Woman on the screen" donde definitivamente se les va la olla, en un alarde destructivo de casar los años 70, con las huestes del noise. Totales. "Blackout" es otra gema bruta, deliciosa, para ponerla a todo volumen mientras te arrascas la barriga de los oidos.

Desde el año 1996, llevan la banda de Atsuo y Wata  demoliendo cerebros, doliéndonos el alma con su fusiles electricos. Hasta se atreven con el post metal en "Electric", donde si no me dicen que son los nipones, votaría por Isis o Pelican. La verdad es que este "Pink" es lo mejor para cuando tenemos calor, llamar al infierno.

"Pseudo-bread" es punk primitivo del pleistoceno, y "Afterbunner" es otra joya más donde se entregan con fruición a descomponer el rock para el futuro del mismo. Todo "Pink" es una autentica apisonadora, un tractor a toda maquina hacia el desmembramiento de nuestra tranquila psique. Bendito sea el sake y la madre que pario al sintoismo. De indispensable escucha.