viernes, 23 de diciembre de 2011

THE PROMISE RING. "Nothing feels good" (1997)


Que bien que suena esto. Estamos en 1997 y el Jawbox J.Robbins se metió con estos chicos en el estudio para ordenar un conjunto de canciones que conformarían el segundo largo de The Promise Ring, uno de esos discos que si te va el emocore, lo tienes que tener junto a toda la discografia de los Sunny Day Real Estate. La verdad es que es una flipada de principio a fin, un goce que se lo debemos a la maestria de Davey VonBohlen y sus socios.

Aquí no hay relleno, ni tomas falsas, estos es rock con sentimiento, guitarras que se casan con el posthardcore pero que tienen los pies en el suelo para no ser demasiadas violentas. "Is this thing on?" es una buena manera de dar el pistoletazo a esta carrera sin fondo. "Perfect lines" es un desgarro emocional, es Buffalo Tom con lagrimas de Fugazi, rock crudo pero con gotas de cariño.

"Red & blue jeans", es la cima suprema. No sé el tiempo que ha pasado desde que no me he topado con un tema como éste. Melódico, guitarrero, explosivo, arterias que se inflaman y muerden, las guitarras que casi explotan, 2,45 minutos de escozores que te llenan de bilis los oidos; fuerza, dureza, el recuerdo de los 90, hoy en el 2011, asi, como un chute de nostalgia. Total. Una de mis canciones preferidas del año.

"Why did ever we meet" es urgente, diabólicamente sencilla, rock fuerte, tensión, lavativas eléctricas para nuestras sedientas almas de buscadores eternos. "Make me a chevy", baja el volumen pero nos endurece con su consecuente programa de emo concentrado y puro.

Las cervezas salen a relucir en "A broken tenor", para que dancemos mientras los chicos se divierten con su orgasmo de kilos de rock con ondas de fiebre y sentido. Si, el emocore debe mucho a The Promise Ring. Diria yo que este "Nothing feels good", es una fábrica perfecta para poder encuadrar el concepto del estilo: emocore. La rabia, lo impertinente del dolor, las lagunas en el querer junto a la devastación eléctrica, crudeza matizada, bestias pero con traje de fin de semana.

"Nothing feels good" es otra buena manera de despedir el artículo. Lentamente te cogen, te llaman, hacen una especie de country-core, Lemonheads buenos, bocinas en la garganta, sedicción y peligro, lo que deberia haber sido el rock que ahora escuchamos si se hubieran propuestos las nuevas huestes a perpetuar el clima de la tormenta y a no rendirse en la apatia de la sordidez.

Ya no se hacen discos como este, y por eso le aupo en lo alto de lo escuchado en este 2011, que ya va dando sus ultimos coletazos.

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