lunes, 13 de junio de 2011

BOUBACAR TRAORÉ. "Mali denhou" (2011)


Si hay un disco de lo ultimo que nos viene del continente amigo africano, que representa a la perfección esa autentica mixtura,unión, entre la tradición de Mali, y el blues más arcaico, es el de este músico cuyo apellido ya es sinónimo de respeto, de generaciones de músicos que han guardado como un tesoro toda la herencia musical de su pais.

Si escuchas la armónica del francés Vincent Butcher, acompañando a Traoré en todo el cd, y te olvidas por un momento de los instrumentos que aparecen en "Mali denhou" (calabaza, ngoni, balafón), pudieramos estar pensando en alguna producción venida del Delta, porque realmente blues es lo que encontramos en todo este enorme disco.

Blues y Africa, de este antiguo sastre que hace todo un monumento al cruce de continentes, con una enorme voz que se te mete en los tuetanos, que te mece y a la vez te hace vibrar, como una colosal pira donde podemos vislumbrar el alma de un continente, sus deseos, sus necesidades.

"M'Badehou" es el inicio y es eso y mucho más. La armónica, la guitarra, la garganta de Traoré recitando suspiros en una tremendo monumento al buen quehacer. Soberbio y emotivo. Las cuerdas que suenan de Traoré en "Dundôbesse M'bedouniato" son toda una epifania colosal que te embriaga sin que puedas desembarazarte de ese torbellino que emana de este genio de 70 años.

A veces, como en "Mondeu", Africa manda sobre el blues que se despilfarra en bellas notas por todo el album. Y hasta el folk tierno y vacilón de "Minuit", nos hace olvidar otras desesperanzas qe aparecen en "Mali denhou".

Y hablo de la bella pero tristísima "Farafina Lolo Lôra", solo al alcance de genios como el de este devoto de las raices más autóctonas que desperdiga su arte con una suerte de blues que me ha convertido en devoto a la primera escucha.

Cuando Africa habla solo nos queda escuchar y aprender. Dejarnos de idioteces, de vulgaridades de hombres "civilizados" con todos los medios a nuestras manos para producir musica, pero sin el alma necesaria para conseguir que nuestro corazón se llena de verde esperanza. Eso es cosa de los elegidos y Traoré es uno de ellos.

Si después de escuchar "N'dianamogo" aun no has corrido a tu tienda, o no has conseguido por los medios que puedas este disco, te estas perdiendo algo increible. Un lamento que se cauteriza en arte, un cantante que te dejará sin aliento, bluesman del desierto, que en una hora de duración del "Mali denhou" nos demuestra que sí, que aunque tenemos muchos que descubrir. Y no son precisamente los mass medias los que radian y publicitan joyas como esta.

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